Aplicaciones accesibles para participar en el Mobile for Good

¿Pueden las apps hacer mejor el mundo? Esta es la pregunta en torno a la que giró el encuentro organizado por The App Date y la Fundación Vodafone el pasado jueves en el Hub Madrid. Un evento dirigido a desarrolladores que tuvo dos ejes principales: la presentación del concurso Mobile for Good y una serie de talleres para explicar a los desarrolladores cómo hacer sus aplicaciones accesibles a todos.

La respuesta es sí, y de hecho son ya muchas las aplicaciones que han nacido con el objetivo de para facilitar las cosas a personas con alguna discapacidad o a facilitar la movilización social de una u otra forma. Buen ejemplo de ello son Ahora te toca a ti, para mejorar las condiciones de vida de la población birmana; BizVizz, pensada para empoderar al consumidor frente a las empresas; ProtestApp, creado por la OCU para defender los derechos de los consumidores, Toke a Bankia  o Ablah, dirigida a aquellas personas que tienen algún tipo de trastorno del lenguaje y que el año pasado fue la ganadora del concurso organizado por Vodafone.

En esta edición,  Mobile for Good quiere premiar a aplicaciones que cumplan con dos requisitos básicos: no crear nuevas barreras tecnológicas y eliminar o disminuir las ya existentes, pensando siempre en personas con discapacidad y los más mayores. Una iniciativa de las Fundaciones Vodafone en todo el mundo que acepta aplicaciones que traten sobre salud, educación, accesibilidad o servicios públicos.

Toda la información se encuentra aquí pero las fechas a tener en cuenta son las siguientes: se pueden presentar candidaturas hasta el 15 de octubre, el 16 de noviembre se harán públicas las tres aplicaciones finalistas de cada categoría y el 5 de diciembre se presentarán en Bruselas. Allí se decidirá los ganadores, aunque los tres finalistas tendrán premio seguro: 30.000, 15.000 y 5.000 euros respectivamente.

Tal y como explicó la representante de Fundación Vodafone, a la hora de evaluar las aplicaciones, se tendrá en cuenta, además de la accesibilidad y el modelo de negocio y, especialmente, que se haya implicado al usuario final en la creación de la herramienta, de tal modo que ésta sea realmente útil para las personas a las que vaya dedicada.