Carlos Blanco: “Cuando leo que alguien está haciendo un Silicon Valley en País Vasco, Andalucía o Extremadura me entra la risa»
Carlos Blanco lo tiene muy claro. En España existen solo dos hubs tecnológicos -Madrid y Barcelona- y es muy improbable que vaya a surgir otro más en nuestro país, pese a que muchas administraciones públicas y entidades privadas se jacten de estar creando la nueva Meca de la tecnología en su tierra. Es improbable porque ya tenemos un caso bastante particular en nuestro país: El resto de vecinos europeos únicamente cuenta con una capital de las TIC.
El business angel ha participado en el I Foro de Inversión Transfronterizo, celebrado hace unos días en Badajoz, en el que ha dicho ‘verdades incómodas’ para algunos, incluyendo las autoridades allí presentes. “Cada vez que leo en la prensa que alguien quiere hacer el mismo modelo de Silicon Valley en País Vasco, Andalucía o Extremadura me entra la risa”, ha señalado Blanco. En parte, aclara que España no se parece a Silicon Valley porque no existe la misma cultura del riesgo.
El fundador de Conector y Nuclio ha asegurado que “difícilmente un fondo de inversión va a invertir en Asturias, por poner un ejemplo, porque no va a ir”. En ese sentido, ha recomendado a los emprendedores locales -y particularmente a los extremeños- que aunque pueden impulsar sus startups en sus regiones, en algún momento les será imperativo irse a Madrid o Barcelona si quieren escalar. Aunque Blanco ha mencionado el rápido e interesante crecimiento que está experimentando Valencia en cuestión de startups, ha aseverado que “es muy difícil que salgan cuatro zonas emprendedoras en un mismo país”.
Su opinión no solo se basa en la búsqueda de fondos, sino en la captación de talento. “El sistema formativo no genera a las personas que necesitamos. Tenemos una gran falta de talento. En algunas zonas se puede crear, pero no en todas”, ha expresado. Así, “ha subrayado que emprender e intentar crecer en lugares como Extremadura es muy complicado”.
‘El mejor inversor son los clientes’
Blanco también ha revelado los criterios que tiene para invertir en una startup. Son básicamente cinco: el equipo, los líderes generosos, los mercados de gran tamaño y la búsqueda del momento adecuado.
No obstante, antes de salir a ‘cazar’ inversores, como business angels o fondos de capital riesgo ha recomendado a los emprendedores que tiren de capital propio, de FFF y que busquen ser sostenibles mediante las ventas. “El mejor inversor siempre son los clientes. Hay startups que pierden mucho tiempo en buscar inversión en lugar de buscar clientes”, ha insistido.
Por lo general, Blanco prefiere invertir en fundadores experimentados, emprendedores en serie que ya hayan montado algún negocio antes. Sin embargo, en ocasiones hace excepciones y se tira a la piscina. Eso es lo que le ocurrió con el fundador del servicio de delivery Glovo, startup de la que fue su primer inversor. “Cuando conocí a Oscar Pierre, de Glovo, me la jugué. Decidí invertir a la media hora de conocerlo».
Carlos ha insistido en la importancia de invertir en la persona y no en la idea, que no vale nada en sí. Así, el emprendedor e inversor asegura que cuando tiene que valorar a un emprendedor «miro Linkedin. Me fijo en su ecosistema, en qué universidad y ciudad ha estudiado, dónde ha trabajado, cuál es su red de contactos, etc».
El business angel también hay revelado el principal motivo por el que no invierte en el 99% de las empresas de las que le llegan propuestas: “Los inversores sólo estamos interesados en empresas escalables. Descarto el 99% de las empresas de las que nos llegan propuestas porque son viables pero no escalables». En este sentido, comenta que no puede estar diciendo a todo el mundo las razones por las que no está interesado en su compañía. En primer lugar, por falta de tiempo y en segundo, porque no todos reaccionan bien ante una crítica o negativa. “No puedo decir a los fundadores que no me gusta su equipo o ellos mismos. Si eres sincero y dices lo que piensas a los emprendedores se enfadan y te insultan», reconoce.
Su mayor error: mezclar startups y amigos
Para Carlos Blanco, uno de los principales errores a la hora de emprender es enfocarse demasiado en el producto y no vender bien la compañía. “Es más rentable una startup de producto nivel 5 y marketing nivel 9 que una de producto nivel 9 y marketing nivel 5. Para que triunfe hay que hacerla visible e invertir en buenos comerciales», aconseja. Lo hace con conocimiento de causa, reconociendo que cuando lanzaron Housfy tenían un producto horroroso pero el marketing les ha ayudado a crecer y hacer uno bastante bueno.
Applicantes ha podido preguntarle a Blanco cuál ha sido su mayor error como inversor y como emprendedor. El creador de Akamon no se lo ha pensado ni un segundo: “Mi peor error como emprendedor fue fundar empresas y hacer equipos solo por ser amigos y mi peor error como inversor ha sido invertir solo porque eran startups de amigos”. Con el gorro de inversor, Blanco también ha metido la pata al “invertir en empresas solo porque trataban de cosas que me gustaban”.
Alberto Payo
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Un comentario sin ánimo de buscar ningún tipo de polémica. Porque se dice siempre «Madrid y Barcelona»? Si yo tuviera que ordenar y no quisiera añadir sesgo de contexto (y generar polémica) lo haría por orden alfabético. En cambio poniendo Madrid delante esta claro que no usamos ningun criterio de ordenación objetivo.
Para responder su comentario “sin ánimo de polémica” pero con bastante contenido manipulativo subyacente, los criterios de ordenación que favorecen a Madrid, objetivos o no, son varios: Madrid es más grande en población, Madrid es más rica, Madrid está por encima en el ranking de ciudades globales y Madrid es capital de un país mientras que Barcelona es capital de provincia. Por eso se dice siempre “Madrid y Barcelona” en casi todos los contextos más allá de la provincia de Barcelona.
Jonathan, no te comas la cabeza: Lo dice al que le dieron el premio de «emprendedor del año» cuando lo único que tenía era un bingo online para arruinar a más ludópatas, sabe lo mismo de emprender que cualquiera.