7 razones por las que la fotografía con smartphone es mejor que la fotografía con cámara réflex digital
Llevo muchos años siendo un aficionado a la fotografía. Con 19 años busqué un trabajo de vigilante de seguridad en verano solo para poder pagarme mi primera cámara réflex, mi objeto de deseo por aquellos días de mocedad. Aún recuerdo la emoción de tenerla en mis manos por primera vez, con su funda, su trípode y todo. Lo primero que pensé es que trataría de llevarla siempre encima para que no se me escapara nada de lo que ocurría a mi alrededor. Quizás había leído demasiados cómics de Spiderman y se me habían pegado un poco esos dejes de Peter Parker.
También recuerdo con mucho cariño esa sensación de paz y tranquilidad que me inundaba cada vez que pasaba tiempo en un cuarto de revelado. Me apunté a unos cursos que ofrecían los centros culturales de Madrid y que te permitían disfrutar de esos espacios los viernes por la tarde, con todos los líquidos y el material incluido. Ese ambiente, compartido con otros compañeros y maridado con música de Kiss FM, era para mi como una mezcla de templo religioso y de spa (aunque allí lo que se zambullía únicamente era el papel de revelado). Los problemas, la prisa y los agobios por la universidad y la vida se quedaban fuera.
Después de años gozando y salivando con esa Canon caí en la cuenta de que necesitaba pasarme al mundo digital. Un viaje a Nueva York en el que a la vuelta me dejé más de 100 euros para que me revelaran unos cuantos carretes fue la puntilla final. Cada uno de mis periplos suponía una sangría para mi cuenta bancaria.
Afortunadamente, cuando estaba a punto de comprar un modelo digital la suerte vino a verme y en un evento de prensa de la propia Canon me tocó por sorteo una cámara réflex digital. Y grababa video en Full HD, así que también tendría una videocámara con una óptica estupenda para poder hacer cortos y otras locuras multimedia. La he llevado conmigo hasta el pasado verano, cuando se rompió la pantalla LCD por cargar la maleta demasiado. Y ahí sigue. Cada semana maldigo mi desidia y me echo la bronca a mí mismo por no llevarla a arreglar. Pero parte de mi ha descubierto que quizás no la necesite porque tengo un móvil con cámara.
Me duele no mirar por esa ventanita antes de tirar la foto, como en su día me dolió perder esa magia de revelar en blanco y negro. Pero reconozco que, pese a la perdida de esa forma más artesanal de tirar fotos y con todos esos automatismos y filtros que son como algo demoníaco para los que siempre hemos abogado por lo manual, la fotografía con smartphone tiene unas cuantas ventajas. Aquí os resumo las principales:
Es mucho más discreta
Cuando sacas una cámara réflex, con un objetivo que sea un poco tele, te haces bastante de notar, para bien o para mal. Eso puede ser un problema cuando intentes fotografiar a ciertos sujetos, lugares o situaciones. Además, si te encuentras en ciertos países, puedes ponerte en riesgo simplemente porque te identifiquen con un turista o te asocien a ser periodista.
Con un smartphone, te evitas ese problema. Puedes hacer fotos pasando totalmente desapercibido y sin llamar la atención. Al fin y al cabo, todo el mundo hoy en día tiene un móvil y la gente está constantemente tomándose selfies y grabando stories. Seguramente, nadie se dará cuenta de lo que estás haciendo. Puedes ser ese fotógrafo de incógnito entre la multitud.
Velocidad y agilidad
Para hacer una foto con cámara réflex de algo que sucede tienes que tener cierta preparación: llevar la cámara al cuello, haber quitado la tapa del objetivo, encenderla, enfocar, etc.
El móvil lo llevamos casi siempre en la mano o pegado a ella (en el bolsillo). Lo podemos desbloquear con nuestra huella dactilar rápidamente y habilitar la cámara en un segundo. Si quieres hacer una foto de algo que no esperabas, tu capacidad de reacción va a ser sustancialmente mejor con un teléfono.
Ocupa menos espacio
Esto no es ningún secreto. Llevar una cámara DSLR con un par de objetivos y otros complementos suele requerir portar una funda específica o un maletín contigo. Además, si te vas de viaje y tienes que apañártelas con un equipaje de mano, la réflex te robará un espacio que puedes necesitar para meter otras cosas básicas.
El móvil lo puedes guardar en el bolsillo del pantalón o de una chaqueta sin problema. Y pese a que la tendencia de los phablets se ha consolidado y sus pantallas son cada vez mayores, también los hacen cada vez más finos.
Cámara trasera + delantera
En los últimos 4 años los teléfonos inteligentes han comenzado a incluir, además de una triple y cuádruple cámara trasera, también cámaras delanteras con muy buenos sensores. Con un móvil puedes hacer algo inimaginable en una DSLR, como combinar imágenes de las dos perspectivas (delantera y trasera) o incluso fotografiar algo a tu espalda fácilmente, discretamente y sin luxarte el brazo.
Edición de las fotos sobre la marcha
Es cierto que algunos fabricantes de cámaras réflex digitales se han modernizado y permiten sincronizar sus modelos con los smartphones para usar en estos sus apps, que facilitan organizar y editar las fotos.
Sin embargo, no dejas de necesitar dos dispositivos para lo que puedes hacer perfectamente con uno. Con tu smartphone tiras la foto o las fotos, ves cómo han quedado y haces las modificaciones del brillo, contraste, saturación, textura, color, enfoque, etc en unos segundos.
Si la DSLR tiene unos años, como es mi caso, la opción de la app tampoco es posible. Cuando quería editar las instantáneas tenía que meter la tarjeta micro SD en el portátil y hacerlo con Photoshop o GIMP, lo cual me llevaba un rato.
Puedes compartir desde cualquier lugar
Como acabamos de comentar, hay apps creadas por los fabricantes para facilitar también el compartir las fotos desde cámaras DSLR, siempre y cuando estas se puedan conectar a redes WiFi, claro. Pero no lo son todas.
Simplemente con tu móvil y con tu red 4G puedes subir la foto a redes sociales sin necesitar nada más y en pis pas. Da igual dónde te encuentres si tu operador te da un par de rayitas de cobertura.
Hay un gran abanico de apps de fotografía
Las aplicaciones móviles de la categoría de fotografía y vídeo suelen estar entre las más populares. Y si tienes un buen móvil Android o un iPhone podrás sacarlas muchísimo partido. Hay una gran variedad de apps de edición fotográfica, de organización (como la propia Google Photos, que te las etiqueta y fecha automáticamente) o de concursos y challenges (como Hunteet GuruShots) para medir tu habilidad como fotógrafo con otros miembros de la comunidad o para sacarte un dinerillo con tus instantáneas vendiéndolas (como Agora Images).
Alberto Payo
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