Trueque o trading de criptomonedas: ¿Realidad o imaginación?

El dinero siempre será necesario hoy. Es la mayor preocupación de toda la sociedad y la causa de nuestros desvelos. ¿Pero de dónde vino? ¿Por qué somos tan dependientes en la sociedad actual del uso del papel moneda? ¿Cuál es su naturaleza?

El recorrido por LA HISTORIA DEL DINERO se podría decir que COMIENZA CON EL TRUEQUE, una evolución continua sin ningún tipo de intercambio monetario, es decir, trueques a partir de un valor de referencia y que se intercambiaban en mercancías. 

¿Cuál es el significado del trueque?

El trueque es el intercambio de bienes o servicios entre dos o más personas a cambio de otros bienes o servicios sin necesidad de que intervenga ningún tipo de dinero. Para que ocurra el trueque, ambas partes deben acordar un contrato de intercambio, conocido como ‘swap’.

Aunque inicialmente el trueque era el instrumento necesario para el comercio, tenía restricciones que hacían que el hombre tuviera que tener dinero para poder intercambiar bienes de manera más efectiva, con la división del trabajo que estaba surgiendo en las culturas antiguas.

La gente se dio cuenta de que necesitaban un medio de cambio para ofrecer los bienes que tenían y adquirir los bienes que necesitaban, y así nació el dinero. Un ejemplo: dos gallinas (que se valoran en dos sacos de trigo cada una) por una oveja (que se valora en cuatro sacos de trigo). Es lo que se conoce como el dinero de la mercancía facilitando el proceso de comercialización.

El dinero y su evolución a lo digital

Los últimos diez años han cambiado el panorama de la economía monetaria de formas que nadie podría haber previsto. El dinero sigue progresando. 

Los avances tecnológicos van en constante evolución de la mano de la digitalización de las finanzas. Así, desde 1990 se han visto los cambios sustanciales en cuanto a los sistemas de pago digitalizados.

Esta es una nueva forma de ver el dinero, ya no contante y sonante sino digitalizado, en donde las personas pueden adquirir cualquier servicio o bien a través de los medios electrónicos, esperar la aprobación de pago del proveedor y posteriormente la transacción bancaria.

El más reciente avance y desarrollo de este tipo de dinero son las criptomonedas, las monedas virtuales con las cuales se pueden adquirir bienes y servicios pero de forma descentralizada, las cuales de forma encriptada en la blockchain registran sus operaciones.

La primera criptomoneda, y la más popular por ahora, es el BITCOIN creado en 2009. Desde entonces han aparecido muchas otras, con diferentes características y protocolos como Litecoin o Dogecoin. 

Este tipo de instrumento financiero se encuentra disponible desde hace más de 10 años, lo que ha hecho que su adopción haya sido lenta, más se mantiene por el hecho de existir el equilibrio entre oferta y demanda.

Los cambios de divisas siempre han existido en la historia de la humanidad: el billete sustituye al oro como medio de almacenamiento de valor, y las criptomonedas están a punto de sustituir a la moneda de papel, este sistema se basa en la confianza de sus usuarios, además de su utilidad y popularidad, los usuarios son los principales que rigen este nuevo modelo de pago. 

El Bitcoin no se ve ni se toca; es un código criptográfico que las personas intercambian como medio de pago. Cada titular dispone de una o más billeteras electrónicas con claves para recibir y realizar pagos. 

Su proceso es completamente abierto y transparente; de hecho, existen bases de datos donde se registran todos los movimientos y transacciones.

El Bitcoin no depende de gobiernos ni de bancos, de esta manera facilita y agiliza todos los procesos, ya que no hay intermediarios; las transferencias cobran mayor credibilidad, además de rapidez, evitando comisiones de terceros. 

Conclusión

El futuro está cambiando. Según muchos expertos, en el caso de Bitcoin este actúa como una estrategia de inversión volátil más que como método de pago, en términos coloquiales, es más una especie de trueque que un método de pago, porque es el intercambio de un bien por un bien, se parece más a una dimensión de metal precioso que a una moneda de curso legal.