The Barista Express Impress: Directa al grano
Lo confieso:
- Yo creía que bebía café con normalidad.
Es cierto que no empecé a beber este brebaje hasta bien pasados los veintitantos que fue cuando, claramente, me hice mayor. En mi casa siempre se usó (y se sigue haciendo) la cafetera de goteo. Al fin y al cabo, son muy útiles para cuando varias personas consumen café todo el día. Por tanto, es el café que mayoritariamente he bebido. Ese y el de los bares, que lo mismo te sale medio bueno que te hace un esguince en las papilas gustativas.
Más tarde probé las cafeteras de cápsula. Debo reconocer que la comodidad, la inmediatez y la variedad de sabores las convierten en un aliado perfecto para los que nos gusta el sabor del café sin azúcar.
- Aún creía que bebía café con normalidad.
Hasta ese momento sabía del café lo justo: se hace con granos de café. Es más, aún a día de hoy me cuesta diferenciar algunas formas de servirlo. Yo aprendo una que me funciona y palante con eso. Una Bica portuguesa, un cortao, un americano y poco más.
- Estaba convencido de que bebía café con normalidad.
Hasta que the Barista Express Impress de Sage llegó a mi casa. El repartidor clavó sus pupilas en las mías, dejó una caja de algunos kilos de peso en el suelo, me pidió mi DNI y se marchó. En ese momento pensé que debía ser un error. La cogí a pulso y lo pensé más fuerte. La desempaqué en la mesa del salón y no podía dar crédito. Ahora tenía una máquina como las de los bares en mi mesa del salón. Y no entendía nada. Publiqué la foto en mi Twitter y la gente parecía saber qué artilugio era ese y me decían que era una auténtica maravilla, que me podían recomendar tipos de café y que hiciera esto y lo otro.
- ¿Dónde me había metido? Claramente, no sabía nada de café.
La máquina
Con un peso considerable y unas medidas de 33 x 38 x 41 cm, esta máquina se hace notar en tu cocina pero no es exageradamente grande. Su cuerpo de acero inoxidable tiene un acabado precioso aunque deseoso de quedarse con tus huellas. Llama especialmente la atención el peso y la calidad de construcción del portafiltro, de medidas profesionales, que te harán sentir un auténtico experto ya solo con agarrarlo (o en mi caso, recordarme mi época de camarero).
Mirándola de frente, tenemos una serie de botones en la parte superior junto a un impresionante barómetro. Debajo de esto, el hueco del dosificador de café a la izquierda y a la derecha la boca donde introducir el portafiltro. Justo al lado el útil para el vapor a presión y dispensador de agua caliente. Debajo hay una bandeja con una rejilla que recoge las gotas o café que puedan caerse y que, además, incluye al fondo un práctico hueco para distintos utensilios.
A un costado de la máquina tenemos una rueda para seleccionar el grosor del molido y una palanca para el prensado asistido de hasta 10kg de presión constante y con un pequeño girito de 7º. (Si estás como yo cuando lo supe, es que tú también creías saber de café).
Al otro costado se encuentra un seleccionador para elegir entre vapor de agua y agua caliente (para su buen té, por ejemplo). En la parte superior de la máquina se encuentra la tolva donde se echa el grano de café y en la parte posterior se encuentra un gran depósito de agua con filtro para purificarla incluido (debe cambiarse cada 3 meses).
Por otro lado, incluye una serie de accesorios realmente útiles tanto para limpieza como para perfeccionar tu técnica, como la niveladora de precisión Razor que te permite dejar perfecta la dosis de café. También incluye varios filtros, tanto presurizados como sin presurizar específicos para cafés recién tostados o granos con más tiempo.
(Os juro que no sabía que existían estas consideraciones antes de tener este cacharro).
Tiene unos acabados exquisitos. Todo se siente de una calidad excelente.
Haciendo tu primer café Pro
No pienso engañaros. No es sencillo la primera vez. Si venís de otras cafeteras similares, podéis pasar al siguiente punto o conclusiones. Te recomiendo que, si la vas a comprar, descargues la app BILT (para Android e iPhone), busques el modelo y sigas el impresionante manual de puesta a punto en 3D y con descripciones en audio. Una pasada.
Una vez llenado el tanque de agua con su filtro correspondiente, tocaba escoger filtro de entre los cuatro incluidos. Me decanté por los presurizados, que son específicos para granos tostados hace más de 30 días o café premolido. Los no presurizados son, evidentemente, para todo lo contrario.
Con el filtro colocado, tocaba escoger café. Habrá mil marcas y mil tipos, recomiendo escoger un pequeño mix para así probar distintos sabores. Es increíble lo mucho que puede cambiar la experiencia. Con el café que cada uno quiera ya escogido, se vierten los granos en la tolva y se selecciona el grosor del molido de entre 25 niveles. Déjalo para empezar en el que recomiendan, el número 16, y ya vas ajustando.
Toca introducir el portafiltros en el sistema de dosificado. Es inteligente, es decir, sabrá cuando lo has introducido y se encenderá la luz para comenzar el molido. En este momento, podrás elegir que la dosis sea manual o automática. Con esta última y seleccionando en el panel el tipo de filtro puesto, molerá la cantidad de café ideal.
Una vez que haya parado, se usa la palanca para prensar. Al bajarla, un sensor detectará si la cantidad de café es la correcta. Un indicador led muy visual te recomendará echar más o quitar café según lo detectado. Una vez te haces a este mecanismo, no falla, ya que recordará la cantidad la próxima vez que la uses. Eso sí, en cuanto cambies el filtro o cambies el grosor del grano, volverá a necesitar ajustarse.
Se introduce el portafiltros en su sitio, se hace el giro para bloquearlo y seleccionas si quieres extraer una taza de expreso o dos. En caso de querer un café sin leche, aquí acabará todo. La máquina hace un ruido relativamente elevado para generar esos 9 bares de presión, pero nada grave. Eso sí, si vas a hacerte café a las 5 de la mañana y hay gente dormida, no pasará desapercibida.
En caso de echarle leche, dispones de la jarra incluida en la máquina. Te irás al selector del lado derecho, seleccionas vapor, y comienza el viaje casi astral: sentir que estás en un bar de verdad. Ese mágico ruido que comienza agudo y que termina siendo oscuro. El vapor habrá hecho su trabajo y podrás verterlo sobre tu café recién hecho. Ahí ya la maña que puedas ir cogiendo te permitirá hacer las típicas formas en la espuma por las cuales te cobrarán un euro más de media en cualquier bar donde haya mucha gente con MacBook en sus mesas.
¡Listo! Un delicioso café directo a tu paladar.
Está bien, no es lo más sencillo ni lo más rápido del mundo. Pero está bastante bien diseñada para que sólo te asuste la primera vez. Cuando hayas hecho dos o tres cafés distintos, ya sabrás controlarla. Y eso, es gracias a un buen trabajo de diseño del producto.
Requiere, además, bastante mantenimiento para que la máquina esté siempre lista y limpia, pero la experiencia merece la pena.
Conclusiones
¿Recordáis que venía de las cafeteras de goteo? Pues de repente otro mundo abrió sus puertas ante mis ojos. Un mundo donde el café toma el protagonismo que merece, donde huirás de azúcar o similares, donde la espuma se quedará en tu labio superior y el olor de tu aliento destilará buen gusto.
No es un producto económico ni muchísimo menos. El PVP recomendado de la the Barista Express Impress es de 829,90 euros en la web oficial de Sage Appliances.
Pero, si te gusta el café y quieres disfrutar buscando sabores, tomando expresos exquisitos (u otro tipo de cafés), sorprendiendo a tus visitas y descubriendo el inmenso mundo que rodea a los cafeteros, esta máquina será tu mejor aliada.
Fernando Nieto
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