Galaxy Z Fold 3 5G: Un pliego de condiciones
En mayor o menor medida, todos nos hemos sorprendido con la salida al mercado hace algún tiempo ya, de los primeros móviles plegables. Su deslumbrante novedad mezclada con el misticismo que le otorga su precio, hace que hasta el más pintado sienta una atracción inevitable hacia esos extraños aparatos venidos de los recónditos laboratorios de empresas de teléfonos.
Ahora, con una campaña mundial por parte de Samsung con sus plegables Flip y Fold, la normalidad del pliego parece haberse instaurado y ya no sorprende tanto su existencia. Ahora suscita dudas reales sobre su uso, su conveniencia y su practicidad.
Esta pareja con nombre de dibujo animado, estos ‘Flip y Fold’, han venido para quedarse entre nosotros y ser, al fin, una alternativa más allá de las primeras versiones sólo aptas para valientes con bolsillo abultado, en lo económico y en lo práctico.
Hemos probado el más grande, el buque insignia de la pareja de moda. Hemos tenido durante dos meses el afamado Galaxy Z Fold 3 5G, y estas son nuestras impresiones. Bueno, las mías.
El cacharro
Recuerdo que, cuando me llegó, una emoción recorría mi cuerpo, al fin podía saber cómo se había materializado y perfeccionado un móvil plegable. Abrí la caja y allí estaba, desplegado, metido en una escueta caja donde sólo estaba, por debajo de él, una cajita con un cable USB-C y un tríptico con cuatro cosas escritas. Nada más.
La primera sensación al tacto de este Fold 3 fue tremendamente satisfactoria. Estaba claro que habían conseguido diseñar y fabricar un terminal robusto y firme, muy alejado del miedo que podría dar agarrar un teléfono que, en versiones anteriores, padecía de un exceso de fragilidad.
Me bastaron dos veces abriendo y cerrando el teléfono para saber que ya no era así. Este era un teléfono hecho para durar y para ser usado sin miedo. Su acabado mate, bastante sucio, su módulo de cámaras no excesivamente pronunciado, su pantalla frontal (Dynamic AMOLED 2X de 6,2 pulgadas) y su enorme pantalla plegable (Dynamic AMOLED 2X de 7,6 pulgadas Infinity Flex Display QXGA+) ya me habían conquistado.
Sus 271 gramos de peso no parecían demasiados para tanto móvil, aunque con el tiempo de uso, realmente se notan. Fueron varios los minutos mirando cómo habían conseguido plegar esa enorme pantalla con esa bisagra tan gustosa de usar en tan poco espacio. Apenas hay espacio una vez plegado. Eso sí, tenerlo cerrado y no tener la sensación de llevar dos móviles juntos no dejará en ningún momento de estar presente.
Apenas algunos detalles más llaman la atención: un sensor de huellas en el lateral derecho, un par de salidas de altavoces, un hueco para la SIM (aunque acepta eSIM) y un conector USB-C.
La pantalla
Una vez encendido, estaba claro que, tanto la pantalla frontal como la principal (la plegable), eran marca Samsung. Su calidad, su nitidez, sus colores y su gustosa sensación al tacto eran evidentes. Son dos pantallas espléndidas aunque realmente la principal es la que importa, ya que la frontal llama más la atención por su formato que por todo lo demás.
Estamos ante una pantalla de 6,2 pulgadas, muy grande, pero su resolución nos da una pista de sus “problemas”: 2.268 x 832 píxeles. Es una pantalla extremadamente alargada y muy estrecha, penalizada para encajar en este plegable. Es una buena pantalla, pero cuesta acostumbrarse a usar un formato tan distinto. Y tendrás que acostumbrarte, porque es la que más tiempo vas a acabar usando. Luego hablaremos más a fondo de esto.
La magia sucede al abrirlo. Ahí ya no hay dudas. Sus 7,6 pulgadas, sus 2208 x 1768 píxeles junto a sus 120 hz (la frontal también los tiene), son la verdadera razón de la existencia de este móvil. Sentir que puedes usar esta pantalla en cualquier momento en un teléfono relativamente asequible en tamaño -plegado, obviamente- es lo que da sentido a todo.
Es una auténtica pasada poder leer artículos -como este- en ella, consultar redes sociales, leer correos, ver vídeos, usar el mapa… y un largo etcétera de usos, cada cual los suyos, que justifican la tremenda inversión que deberás hacer. Y cuando acabes de hacer todo eso, cierras tu móvil y al bolsillo.
Las cámaras
Cinco cámaras, cinco. Tres en el módulo trasero, una en el frontal (cerrado) y otra bajo la pantalla al abrirlo. Las tres principales, las traseras, son:
- Principal de 12 megapíxeles y una apertura de 1/8
- Ultra gran angular de 12 megapíxeles con apertura 2/2
- Teleobjetivo de 12 megapíxeles y apertura 2/4
La frontal (con el teléfono cerrado):
- 10 megapíxeles con apertura 2/2
La interior (bajo la pantalla abierto):
- 4 megapíxeles con apertura 1/8
Todas y cada una de ellas hacen una labor excelente, tanto en situaciones cómodas -de día-, como por la noche. ¿Todas? ¡No! Una incomprensible cámara se resiste a pertenecer al siglo XXI, oculta bajo una pantalla de forma innecesaria, hará sus capturas de la forma más terrorífica posible.
De verdad, pagar el dinero que cuesta este terminal para encontrarte con la cámara que hay bajo la pantalla, es imperdonable. Es un sinsentido. Esto es así porque, en un alarde de ser innovadores, decidieron meter la cámara bajo la pantalla y probar en este terminal esta solución absurda. Y absurda no porque en el futuro no sea interesante, absurda porque ahora mismo, claramente, no es óptimo. Y tú vas a estar pagando más de 1500 euros por un experimento. Lo siento Samsung, pero no.
En fin, el resto, las otras cuatro, sí que dan la talla y sentirás que has invertido bien tu dinero. Echo en falta un teleobjetivo más avanzado, pero realmente son muy buenas cámaras.
Conectividad
USB Tipo C (3.2 Gen 1), NFC, Bluetooth v5.2, Wi-Fi 802.11 a/b/g/n/ac/ax 2.4G+5GHz y conectividad 5G.
Jefe, perdóname, pero voy a copiar directamente lo que ya escribí del 5G cuando hablé del S21 Ultra:
“He pensado mucho qué decir acerca del 5G, y creo que ya tengo la conclusión: me da igual si lo tiene. ¿Lo tiene? Pues genial. ¿Que no? Pues vale también. De verdad, ahora mismo creo que no compensa lo suficiente a no ser que vivas en una zona con una cobertura enorme o vivas en un contínuo tráfico de datos con tu terminal casi de forma profesional.
Las veces que he tenido esta cobertura me ha dado igual; no me ha cambiado la vida, no me ha hecho sentirme en el siglo XXII ni ha hecho que los pelos de mi cabeza se vayan hacia atrás en señal de velocidad. Pero también puede ser porque soy calvo.”
Batería y sistema operativo
La batería del Galaxy Z Fold 3 5G es justita tirando a escasa. Bueno, depende del uso. Bueno, en realidad depende de qué pantalla uses. Los 4.400 mAh son suficientes si usas bastante más tiempo la pantalla frontal que la interior. Con este uso, se llega cómodamente al final del día. Ahora bien, si te da por usar la principal de forma continuada, no será tan satisfactorio, tendrás que pasar por boxes antes del final de día seguro.
A fecha de publicación de este artículo, OneUI ya había llegado a la versión 4.1. No es novedad que yo alabe las bondades de esta capa de personalización sobre Android 11, por tanto me centraré en el trabajo que ha tenido que hacer Samsung a la hora de dotar de sentido esta doble pantalla.
Para empezar, la pantalla frontal como la principal tiene configuraciones de inicio diferentes. Esto es, que te permite tener iconos, widgets y demás posicionados de forma distinta entre ambas pantallas. Lo cual es un acierto y una obligación, ya que no tienen nada que ver la una con la otra.
Por otro lado, Samsung no ha querido soltar este teléfono con un Android sin más. Lo ha dotado de algunas soluciones específicas para móviles plegables, como su modo Flex de algunas apps como la cámara, que te dividirá en dos la pantalla si decides plegar el móvil 90 grados, para así usarlo en dos mitades, cada una con una utilidad distinta. Este modo también está presente en apps como Youtube, Telegram y otras, donde en una ‘hoja’ tendrás la app y en la inferior tendrás algunos accesos directos del sistema.
Esta opción es realmente útil para hacer fotos, de esas grupales que nunca sabes dónde poner el móvil y lo acabas apoyando entre un vaso de cubata y un plato del postre.
El procesador es un Snapdragon 888 de 5nm y la RAM asciende a los 12 Gb, así que verdaderamente el sistema no tiene ningún problema para moverse con soltura y desplegar en las dos pantallas sus bondades.
Espera, esto no ha terminado
Ahora viene cuando todo el castillo de naipes podría desmoronarse o, al menos, ponerse en duda.
Todo lo escrito anteriormente es una verdad como un templo, no muevo ni una coma. Ni falta que me hace, ya que la reflexión que haré a continuación no tiene nada que ver, más bien se ve alimentada por los datos y las conclusiones antes descritas.
Hay un enorme problema, al menos para mí, con este teléfono: y es que no me convence. Al menos no del todo. ¿Quieres saber por qué? En este vídeo te lo explico con pliegos y señales.
Fernando Nieto
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