¿Es el veto de Google a Huawei el inicio de un gran conflicto tecnológico?
Poco queda decir ya de lo que ha ocurrido con Google y Huawei. Tras el veto comercial de Trump a China y la decisión de considerar que algunas compañías amenazan la seguridad nacional, la empresa de Mountain View ha anunciado que de ahora en adelante los nuevos dispositivos de la marca asiática (no solo sus smartphones) no contarán con Android. Tampoco dispondrán de Google Play ni de sus apps principales, como Gmail, Google Maps, YouTube, etc. Además, otras empresas estadounidenses como Qualcomm, Intel, etc se han unido a Google y tampoco ejercerán como proveedores de Huawei.
En principio el veto solo es para Huawei, al menos de momento. Esto no es más que un aumento de la escalada de tensiones que ya existía entre ambos países a nivel comercial y que ha crecido exponencialmente en el último par de años. Fruto de ello, el fabricante chino se ha ido centrando en su China natal y en Europa. La pregunta que ahora todo el mundo se hace es: ¿Estamos en la cumbre de un conflicto que sacudirá a toda la industria de las TIC de la que solo queda descender o solo en el pico más bajo de un ochomil? ¿Todavía hay posibilidad de dar marcha atrás o ya es tarde?
Haciendo un paralelismo con un conflicto bélico es difícil que una vez lanzado un misil así el receptor se quede quieto y no tenga ninguna reacción. China podría contraatacar -tiene todo para permitírselo- e iniciar su propio veto contra las compañías americanas. Al fin y al cabo, desde Pekin llevan años poniendo trabas a todo tipo de negocios digitales, como Google o Facebook. Quizás tampoco le tiemble el pulso al decidir prohibir la venta de productos de Apple, por poner un ejemplo. Ya se está hablando en las redes sociales chinas de una especie de ‘veto’ a la compañía de Cupertino por parte de los consumidores para no comprar productos de la marca.
Pero los misiles podrían seguir llegando del lado occidental ¿Y si el veto de Google y las compañías de componentes se extiende a Xiaomi, Oppo y otras compañías mandarinas? Según los datos publicados por la consultora Gartner en febrero, el top 5 de fabricantes mundiales está formado por Samsung y Apple, a las que siguen tres compañías chinas: Huawei, Oppo y Xiaomi. Las tres representantes chinas vendieron durante el último trimestre de 2018, 60 millones de smartphones, 31 millones y 27 millones, respectivamente. Sin duda, la decisión dinamitaría el mercado de los teléfonos inteligentes.
En un mundo global e interconectado como el que vivimos poner un veto absoluto a los productos de una empresa china hasta el punto de lo ocurrido con Google y Huawei solo es, para EE.UU, pegarse un tiro en el pie. Hay empresas chinas que fabrican componentes para marcas americanas y viceversa. Si Qualcomm deja de percibir ingresos por la parte que le corresponde de sus chips Snapdragon de todos los teléfonos inteligentes de Huawei que no se van a comercializar, también se está haciendo daño enorme a las ventas de una empresa estadounidense. Si Apple o HP no ensamblan sus productos en Shenzen, probablemente no puedan satisfacer su demanda. En definitiva, los lazos son más fuertes y numerosos de los que se pueda pensar entre los dos colosos y sus correspondientes corporaciones.
Quizás nos estemos poniendo en un escenario un poco apocalíptico, pero si las hostilidades no cesan entre ambos frentes, toda la industria tecnológica tal y como la conocemos podría sacudirse. Probablemente llegaríamos a un punto en el que toda la cadena de valor de los dispositivos tecnológicos gire en torno a una nacionalidad o a países amigos. Los chips, la pantalla, la memoria, el ensamblaje, etc.
No es que antes no haya habido limitaciones de países a determinadas marcas por sentencias o litigios internacionales, pero no a esta escala. No hablamos de conflictos entre corporaciones, sino de algo mucho más grande. Es una auténtica guerra entre bloques.
Lo que está muy claro es que un conflicto de este tipo no beneficia a nadie. Ni a las empresas, que perderán miles de millones de dólares, ni a la propia innovación, que se ve acotada por limitaciones absurdas, y aún menos a los consumidores, que deberían poder escoger las marcas que quieran sin miedo a que sus dispositivos no tengan las principales apps, funciones o protecciones que les han permitido el avance tecnológico. Esperemos que las dos grandes potencias acaben llegando a un entendimiento y esto no vaya a más, por el bien de todos.
Alberto Payo
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Tenia pensado comprar Xiaomi MI 9 SE, y ahora no se que hacer, este Smartphone lo tengo constratado, a mi familia les compre 3 MI 8 lite, y estamos muy contentos.
Alternativas, NO chinas ni APPLE ni SAMSUNG ?
Hay fabricantes que hacen teléfonos no muy caros, como Wiko o Alcatel. De todas maneras, por el momento no sabemos si el veto va a afectar a Xiaomi y OPPO. Lo cierto es que Trump la ha tomado un poco con Huawei y ZTE. Xiaomi no ha asomado mucho la cabeza al mercado norteamericano.
Estoy mirando Smartphones de Taiwan, he visto HTC, creo que es muy vàlido, Assus i Acer en portátiles muy bien. En Telefonia no tengo ni idea
keoni