Probamos el patinete eléctrico Stroot Bonneville 5 de Olsson and Brothers

| 15 marzo, 2019 | 0 comentarios

Probamos el patinete eléctrico Stroot Bonneville 5 de Olsson and Brothers

Los patinetes eléctricos se han convertido en la nueva alternativa de movilidad en las ciudades por ser ecológicos, ligeros y poderse portar fácilmente. Las startups y apps de alquiler de patinetes se multiplican mes a mes y las ciudades comienzan a establecer nuevas legislaciones para regular su circulación. Quizás sea hora de plantearse ir un paso más allá y hacerse con un ejemplar en propiedad. Eso es lo que propone el fabricante cántabro Olsson and Brothers. En las últimas semanas hemos estado probando su modelo Stroot Bonneville 5 y he aquí nuestras impresiones.

Por encima de todo queremos ser transparentes. Es la primera vez que en Applicantes le ponemos las manos encima (o más bien los pies encima) a uno de estos cacharretes de manera profunda, con lo que la review se va a basar simplemente en las sensaciones que nos ha despertado este modelo en concreto. No podemos comparar con otros, más allá de los que hemos visto en ciudades como Madrid, Barcelona o Lisboa. Somos ‘mocitos’ en esto, pero para todo hay una primera vez.

Entrando en materia, una de las ventajas más palpables de este patinete eléctrico es su facilidad de montaje. Nos habíamos reservado media tarde para las posibles dificultades y esperábamos un proceso más complicado para ponerlo en marcha, así que nos hemos sorprendido gratamente. Simplemente hay que sacarlo de la caja, enroscar los dos mangos del manillar, desplegarlo y ya lo tenemos listo para circular. El unboxing es limpio y claro, cual operación quirúrgica con rayo láser.

Probamos el patinete eléctrico Stroot Bonneville 5 de Olsson and Brothers

La primera impresión (que dicen que es la que cuenta) es bastante buena. Tenemos ante nosotros un scooter que estéticamente es muy atractivo y que parece bastante compacto. A primera vista, nuestra cabeza piensa que podremos fardar bastante con él y que aguantará nuestro peso y no nos mataremos. El motor está perfectamente integrado y no se ve por ningún sitio. Ese negro pulido algo metalizado y esa combinación con el rojo nos dan el power necesario para sentirnos merecedores de cabalgar sobre este inerte corcel. Al fin y al cabo, de negro y rojo van los sith de Star Wars, el Coche Fantástico y la Furgoneta del Equipo A. Somos veloces, poderosos y unos fugitivos que reniegan de los vehículos de motor. ¡Oh, yeah!

La primera sensación al poner los pies encima es bastante buena. La superficie rugosa, que recuerda mucho a la de los skates, no resbala nada y ofrece una gran adherencia. Por muchas cabriolas que se hagan, los pies no se desplazan. Eso da bastante tranquilidad. No vamos a salir disparados a la primera de cambio.

Para ponerlo en marcha tiene que hacerse con cierta aceleración, así que lo mejor es que le des un pequeño empuje con los pies y luego pises el acelerador. El acelerador es una pequeña palanquita que se sitúa en la parte derecha del manillar y que tendrás que ir pulsando de cuando en cuando. No hay más misterio.

Si ha llegado ese momento en el que después de fliparte bastante, ves una pared, coche o humano cada vez más cerca y no quieres darle un besito, está bien que vayas pensando en frenar. Puedes hacerlo de dos formas diferentes. Tienes un freno a la izquierda del manillar, con el mismo formato que el acelerador. Además, hay otro freno ubicado sobre la rueda trasera. Pisa morena, pisa con garbo si quieres detenerte.

Probamos el patinete eléctrico Stroot Bonneville 5 de Olsson and Brothers

El Bonneville cuenta con tres velocidades en total (cuatro con la marcha 0, de parada) y puede llegar a alcanzar hasta unos 20 kilómetros por hora, dependiendo del peso del pasajero y la pendiente. Aunque Olsson afirma que llega hasta los 24 km/h nosotros no hemos podido correr tanto. Para cambiar de marcha tienes que dar a subir o bajar en el display multifunción que hallarás en la parte central derecha del manillar. Este pequeño panel te da información también sobre la velocidad a la que vas, el estado de la batería o los kilómetros que has recorrido parciales o totales.

Si se hace de noche, hay niebla o circulas en un lugar de poca visibilidad puedes encender las luces del Bonneville para que te vean mejor. El interruptor es un botón situado justo sobre la luz delantera, en el frontal del patín. El scooter incluye seis potentes LED que se ven perfectamente a unos cuantos metros.

Recorriendo la ciudad

El patinete está totalmente pensado para espacios urbanos. Debido al reducido tamaño de sus ruedas (5 pulgadas) en determinadas aceras con muchos adoquines o pequeñas protuberancias, la vibración se hace muy palpable. No recomendamos en ningún caso usarlo para circular por tierra o terrenos que no sean muy lisos. Según explican desde el fabricante, han optado por incluir neumáticos antipinchazos y un sistema de ruedas macizas, con lo que es posible que el tamaño de las ruedas tenga que ver con esto. Aunque no necesariamente, porque el modelo más exitoso del mercado es el de Xiaomi, que tiene 8,5 pulgadas y ruedas reforzadas. Aún así, algún sistema de amortiguación no habría venido mal al Olsson.

Un punto a favor del Bonneville es lo excesivamente silencioso que resulta. Apenas se percibe en la lejanía y eso se valora mucho. Cientos de patinetes no ruidosos circulando por la ciudad pueden ayudar a disminuir la contaminación acústica de los grandes núcleos urbanos. Ten esto en cuenta también para los peatones que te vayas cruzando en el camino. Quizás no te oigan venir, así que intenta hacerte visible o avisarles de tu presencia si les ves con la cabeza gacha y ensimismados en el móvil. De todas maneras, la legislación aún está por definir. Hay comunidades autónomas que ya obligan a circular por la calzada junto a los coches o por el carril bici y otras que permiten hacerlo por la acera con precaución. Algunas todavía no se han pronunciado. Veremos qué dice Tráfico al respecto.

Probamos el patinete eléctrico Stroot Bonneville 5 de Olsson and Brothers

Se supone que el monopatín está preparado para 120 kg (otros modelos de Olsson solo admiten hasta 80 kg), aunque subiendo las cuestas deja un poco que desear. De hecho, en ellas o se para o va muy despacio, bastante más que ir andando. Por supuesto, no es lo mismo que las suba con una persona de 50 kilos encima que con una de 95, como es mi caso. En sus especificaciones advierten de que es capaz de poder con pendientes de un máximo de 17 grados, una inclinación bastante reducida. En estas ocasiones tendrás que tirar de patita bastante, como si fuera un patinete normal. Así que, si vives en un lugar que no es demasiado plano y eres una persona de grandes dimensiones es mejor que te busques otro método de transporte.

Un punto en contra -y que probablemente tenga que ver con el reducido tamaño de las ruedas- es la respuesta del Bonneville a subir ciertas rampas de las aceras en los pasos de cebra. Si hay un ligero escalón (la rampa no es del todo lisa), el patinete puede jugártela y no superar el obstáculo. Por decirlo así, la rueda delantera puede quedarse encajada y con la velocidad e inercia quizás tú salgas disparado hacia adelante. Mucho cuidado con eso porque puedes tener un accidente aparatoso.

También hemos tenido una experiencia un poco negativa con el freno motor, que después de un par de viajes se salió y desde entonces no hemos conseguido que encaje bien otra vez. La sensación, una vez desmontado, es que está fijado de manera poco firme al soporte del patín. Se puede frenar con el freno delantero (el eléctrico) pero si te quedas sin batería, se acabó la alternativa.

Probamos el patinete eléctrico Stroot Bonneville 5 de Olsson and Brothers

Lo que sí es una ventaja es que, a pesar de su sensación de compacto, el patín solo pesa 9,9 kg. Así, puedes transportarlo cómodamente y llevártelo a donde quieras. Aparcarlo es cosa sencilla con una pequeña pata de cabra que se encuentra en la parte inferior del patín. Plegarlo también resulta bastante fácil. Hay una reducida palanca que ejerce como seguro y que al liberar, te permitirá flexionarlo rápidamente. En la parte superior se halla un seguro con cuadritos muy útil para que no se despliegue en su forma doblada.

Para volver a usarlo al día siguiente te recomendamos que lo dejes cargando por la noche con su correspondiente adaptador. En principio es suficiente con 180 minutos (3 horas) para cargarlo al completo. La autonomía es muy variable, ya que depende del peso de la persona que se suba, la velocidad a la que lo pongas, los metros recorridos, las pendientes, las superficies de rodaje, las condiciones climatológicas, etc. Por si acaso, llévate el cargador a tu trabajo o centro de estudios, no sea que a la vuelta te encuentres con que está casi sin batería y tengas que hacer el camino andando.

Conclusión

En este momento el Stroot Bonneville 5 se puede encontrar en la web de Olsson and Brothers por un precio de tan solo 189 euros. Nos parece un trato justo y una opción interesante para un rato de ocio o si tu trabajo o centro de estudios no se encuentran demasiado lejos y, como decíamos, tu ciudad o localidad no es un lugar con cambios de altura abruptos o desniveles. Si optas por este patinete recuerda que deberás tener cuidado con determinadas cabriolas o maniobras.

Alberto Payo

Alberto Payo

Periodista especializado en tecnología y cultura. Co-fundador y responsable editorial de Applicantes. Colaborador de Forbes, SINC, Escudo Digital y laBerrea89. Amante de la fotografía, el cine, los comics, los viajes y el buen humor.
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