La mitad de los menores muestra irritación o ansiedad al limitárseles el uso del móvil
El uso del teléfono móvil sigue extendiéndose entre los menores y ya hay un 42% de niños en España que lo utiliza por primera vez antes de los 8 años. Así lo reflejan los primeros datos publicados por el I Observatorio de Hábitos Digitales en menores distribuido por la compañía cántabra SaveFamily, especializada en el desarrollo de relojes inteligentes para menores con el objetivo de reducir el uso de pantallas.
El estudio ha contado con el análisis de más de medio millar de familias de todo el territorio nacional y revela datos preocupantes. Un 68% de los niños y niñas usa Internet de forma habitual antes de los 11 años. Y el 53,2% de los menores de edad muestra irritación o ansiedad cuando se les limita el tiempo de uso.
“Los datos apuntan a una necesidad urgente de equilibrio: no se trata de demonizar la tecnología, sino de educar, regular y acompañar. Los relojes inteligentes infantiles con GPS, por ejemplo, son una solución que muchas familias están empezando a valorar como alternativa segura y controlada al permitir una inmersión escalonada en el mundo digital, y con control parental”, destaca Jorge Álvarez, CEO y experto de SaveFamily.
“El 90% de los menores ya utiliza dispositivos con conexión a Internet y más de la mitad lo hace durante más de dos horas diarias, incluso entre semana”, añade Álvarez.
Más concretamente, el 42,2% de los niños españoles comienza a usar gadgets conectados antes de los 8 años. Un 15,3% lo hace incluso antes de los 5 años y hasta un 68% antes de los 11 años. El uso intensivo se incrementa notablemente con la edad: casi el 93% de jóvenes de 15 a 17 años dedica como mínimo una hora al día a las pantallas en su tiempo de ocio y el 17,5% más de cinco horas diarias.
Además, el 81,6% de los menores españoles pasan más de una hora delante de una pantalla entre semana (un 90,4% los fines de semana).
Durante el fin de semana, la tendencia es más dramática y se dispara: el 68% de los menores dedica más de dos horas al día al ocio digital y un 18% lo hace más de cinco horas.
“Estamos viendo una generación que normaliza el equivalente a jornadas completas de ocio digital desde edades muy tempranas. Eso tiene implicaciones en su desarrollo emocional, académico y social, pero también debería ser una señal de la sociedad en la que nos estamos convirtiendo”, advierte Álvarez.
Efectos psicológicos
Esta adicción a las pantallas tiene su repercusión en la salud mental de los menores. Esta es otra de las conclusiones del informe de SaveFamily, que realza cómo más de la mitad de los padres (el 53%) afirma que el uso de dispositivos digitales ha tenido un impacto emocional en sus hijos.
Además, y acorde con los datos de los encuestados, el 30,9% de los niños se irrita si se le retira el dispositivo y hasta un 23,8% experimenta ansiedad al no tener acceso a ellos. Esto también afecta a las escuelas: el 37,8% de las familias cree que el uso digital ha perjudicado, en mayor o menor grado, el rendimiento académico de sus hijos.
Otro detalle curioso que pone en tela de juicio el papel educativo de estas tecnologías es que tan solo el 4,7% de las familias indica que su hijo ha mejorado su rendimiento escolar.
“Hay una falsa percepción de inocuidad. Los efectos emocionales son más evidentes que nunca. Estamos ante un problema de salud digital”, comenta Álvarez.
Por otro lado, según la encuesta de SaveFamily, dos de cada tres padres (un 68,2%) apuesta por prohibir móviles en los colegios, y un 65,6% pide prohibir redes sociales en menores de edad. Además, un 78% de los padres se inclinan por el control parental como medida prioritaria para niños menores de 10 años.
Estas estadísticas se hacen públicas en un contexto de creciente indignación social y protestas de padres que reclaman una mayor desconexión digital para los niños. Ciudades españolas como Madrid, Zaragoza, Málaga, Vigo y Gijón, fueron el escenario de manifestaciones de familias, docentes y expertos que se han movilizado exigiendo restricciones como prohibir redes sociales a menores, establecer una edad mínima legal para poseer un smartphone (proponen 16 años), reducir el tiempo de pantalla en las aulas y en casa o implantar “cero pantallas” hasta los seis años, un máximo de una hora diaria hasta los doce, y dos horas hasta los dieciocho, entre otras cosas.