Galaxy S21 Ultra 5G: La gama alta
Vivimos una época en la que, muy posiblemente, hayas escuchado la siguiente pregunta: ¿Qué es la gama alta? Es más, puede que incluso tú la hayas hecho.
Bueno, pues la gama alta es este teléfono. Y otros, claro. Pero este teléfono es una de las respuestas a esa pregunta y el que te diga lo contrario, el que te asegure que, por mucho menos tendrás exactamente lo mismo, te está mintiendo deliberadamente; o lo hará carcomido por el microbio de la ignorancia (es bromi, no se ofenda nadie).
Otra cosa es aquello de lo necesario o no de este tipo de teléfono, de si el precio es más o menos elevado o si algunas de sus características las puedes encontrar en otros modelos más baratos. Pero de eso, no vengo a hablar. Eso es otro debate completamente distinto.
Vengo a hablar, damas y caballeros, señoras y señores, del Galaxy S21 Ultra 5G. Una bestia parda creada para -como decía la canción de la Parodia Nacional- que goce el personal.
El cacharro
Pesa mucho. Y le pesa la cabeza. Es lo primero que noté y que pude sacar en claro desde el -escueto- unboxing. Y por cabeza me refiero al tremendo módulo de cámaras que los coreanos le han aventado. Es como agarrar la maza de un bombo. Si lo agarras un pelín más abajo del centro del móvil, te va a hacer un Raffaella Carrá.
Y es que sus 227 gramos comparados con los 168g de mi móvil personal actual (un Note 10 Ultra) se hacen notar fuerte. Me ha costado acostumbrarme a llevarlo con seguridad -y sin funda- y que no se me cayera. Que se me ha caído, pero ha resultado indemne (esto es un secretito entre tú y yo, que no se enteren los jefes).
Y se me ha caído (shh) porque, lo que lo hace bello estéticamente es, también, un pequeño hándicap: su acabado mate ultra suave. Es precioso, pero el agarre sin funda -al que ayuda levemente sus marcos de metal-, es complicado. Ponle funda. Y si no se la quieres poner por esa razón, pónsela por otra: para salvar el tremendo escalón de su módulo de cámaras.
La pantalla
Qué pantalla. Es que, de verdad, deciros datos y datos sobre esta pantalla no consigue hacerle justicia. Pero como sé que me están mirando los de Samsung, digo algunas: una resolución de 3200 x 1440p, con 16 millones de colores para una pantalla Dynamic AMOLED 2X de 120hz (variables).
En serio, tenéis que ver esta pantalla. Id a una tienda, o a un colega que lo tenga y disfrutad. Qué colores (saturados, ya tu sabes, es Samsung, pero se puede cambiar), qué nitidez, qué fluidez, qué calidad, qué brillo, qué todo. No esperaba menos de la compañía que, año a año, consigue dejarnos con la boca abierta con sus paneles.
Ah, y se me viene a la cabeza otra cosa: si también tienes ese conocido que os dice que los 120hz son cuentos chinos o que no valen para nada, haz el favor de quererle mucho, pero no le hagas mucho caso. Una vez que los conoces, ya no quieres volver atrás. Créeme.
Por desgracia, no contaba en esta unidad de prensa con el S-Pen, así que no he podido realizar pruebas con él. Una pena.
Las cámaras
Que nadie le quite a Samsung ni al resto de marcas las ganas de meter más, y más, y más cámaras. Yo creo que todavía tienen margen de meter un par de ellas más, pero.... si las cámaras que les meten son de la calidad de las que lleva montadas este S21 Ultra 5G, no me duele tanto. Las primeras fotos que saqué con este terminal me hicieron abrir los ojos, levantar las cejas y dejar caer levemente mi mandíbula inferior.
Mi jefe ya sabe que detesto poner cifras a cholón y, en este caso, no haré lo contrario: meteros en la web de Samsung y podréis ver especificaciones concretas. Yo os vengo a hablar de mi experiencia.
Como os decía, mis primeras tomas con el Galaxy S21 Ultra 5G me hicieron volver a tener muchas ganas de hacer fotos. Las perdí hace tiempo, como sé que a muchos les ha pasado. Pues bien, han vuelto, y no en forma de chapa, si no en forma de Zoom Óptico 10x. Me he enamorado de su nitidez, de su capacidad de llegar a donde quieras, de su soltura -hasta cierto punto del atardecer- de hacer fotos sin perder calidad. Os prometo que lo he disfrutado muchísimo.
Las otras cámaras también, a excepción del gran angular, del que ya me he aburrido un poco con el tiempo y que sólo uso para capturar cosas que no me caben con las otras.
Hemos llegado al punto en el que es complicado encontrar cámaras malas o mediocres, pero este es otro de esos puntos donde dices: ok, es un gama alta y se hace notar. Vas a volver a disfrutar de hacer fotos. Te lo garantizo. Incluso de noche, donde su sensor y sus ópticas son capaces de manejar, mano a mano con la IA la escena de tal modo que, a veces, te parece que se ha hecho de día en tu móvil.
“En ese lugar no había tanta luz, Samsung, no te vengas arriba. No juegues conmigo.”, Fernando Nieto. Decidor de cosas.
La grabación de vídeo es considerablemente buena, con un buen sistema de enfoque que será capaz de resolver cualquier circunstancia; una estabilización más que suficiente y unas calidades variables en función del modo de vídeo que satisfarán al más exigente. Ah, es capaz de llegar a grabar en UHD 8K a 24fps. Pero no sé a quién le puede importar eso, pero yo lo digo.
Conectividad
USB Tipo C (3.2 Gen 1), NFC, Bluetooth v5.2, Wi-Fi 802.11 a/b/g/n/ac/ax 2.4G+5GHz y conectividad 5G en este modelo. Me centro en este último, lo anterior os lo dejo como dato. El 5G.
He pensado mucho qué decir acerca del 5G, y creo que ya tengo la conclusión: me da igual si lo tiene. ¿Lo tiene? Pues genial. ¿Que no? Pues vale también. De verdad, ahora mismo creo que no compensa lo suficiente a no ser que vivas en una zona con una cobertura enorme o vivas en un continuo tráfico de datos con tu terminal casi de forma profesional.
Las veces que he tenido esta cobertura me ha dado igual; no me ha cambiado la vida, no me ha hecho sentirme en el siglo XXII ni ha hecho que los pelos de mi cabeza se vayan hacia atrás en señal de velocidad. Pero también puede ser porque soy calvo.
Batería y sistema operativo
Con 5.000 mAh metidos en un grueso cuerpo, cumple perfectamente lo que se espera: una duración de batería buena. A no ser que se tire todo el rato buscando a qué red conectarse y pasando de 4G a 5G a cada minuto…
Pero vaya, que tiene una duración fantástica. Aguanta el paso de las horas de forma muy conveniente y consigue que no te achantes a la hora de usarlo de forma normal si lo has cargado por la mañana y por la noche has quedado para cenar.
Y todo eso a pesar de tener mi unidad configurada en la máxima resolución y con la tasa de refresco variable (vaya, con los 120hz activados). Porque si reduces por ahí, la cosa irá mejor en cuanto a duración.
El sistema operativo, Android en su versión 11 y con One UI 3.1 (a la fecha de publicación de este artículo), han mejorado tanto, han avanzado tanto y están en un punto tan dulce, que creo que nunca había disfrutado tanto un teléfono Android. Sé que hay detractores muy fuertes de las capas de personalización, pero es que el trabajo que lleva Samsung es realmente bueno.
El procesador (un Exynos 2100), los 12GB de memoria RAM, el almacenamiento UFS 3.1 y la pantalla con sus 120hz y su capacidad de respuesta, hacen que el móvil se mueva como en una balsa de aceite. Pasar el dedo por su pantalla y hacer cualquier gesto es como tocar mantequilla. Todo es taaaaan fluido que quieres hacer eso que hacemos todos de pasar de una pantalla a otra de inicio, sin límites.
Conclusiones
Me ha gustado muchísimo el teléfono. Es caro, sí, pero te da todo cuanto podrías esperar de un terminal de estas características. Si tienes el dinero, las ganas y te quieres dar un capricho; o si quieres una herramienta de trabajo que cumpla sobradamente: es una opción altamente recomendable. Es más, me lo estoy pensando hasta yo…
Si quieres saber más sobre el Galaxy S21 Ultra 5G no te pierdas mi videoreview:
Fernando Nieto
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