El CoCo: «La industria alimenticia se aprovecha de vacíos legales para hacer un marketing que confunda con falsas promesas»
Comer bien no es nada fácil hoy en día. Muchos productos que se venden en las grandes superficies y están camuflados como sanos no lo son tanto. La industria alimenticia trata de engañarnos constantemente con los etiquetados y los rótulos de los productos. Aunque intentemos evitarlo, acabamos comiendo azúcar, almidón y carnes procesadas a mansalva en alimentos que no deberían llevarlos.
Pero, ¿cómo evitarlo cuando nos la quieren colar una y otra vez? Es lo que se ha propuesto El CoCo, una startup y aplicación móvil que funciona como guía nutricional. Charlamos con su CEO, Jean Baptiste Boubault, sobre la herramienta y cómo es posible comer mejor.
– ¿Cómo surgió El CoCo? ¿Cuál es su historia?
– En realidad, surge de mi propia experiencia como padre de familia. Desde que tengo hijos me ha preocupado su alimentación. Me sentía impotente al ir con ellos al supermercado y verlos atraídos por productos con vivos colores y eslóganes atractivos o dibujos, que sentía que no eran lo mejor para ellos. El problema es que no tenía, como la mayoría de las familias de este país, conocimientos sobre nutrición ni sabía interpretar las tablas nutricionales.
Esto, unido a mi experiencia de más de 15 años en diferentes empresas del mundo digital es la base de la creación de El CoCo.
El CoCo es una manera de poner mi granito de arena: una herramienta útil para que los consumidores puedan elegir lo que comen con toda la información en su poder, sin que se vean confundidos por la publicidad y el marketing engañoso que utilizan las compañías, ¡y por supuesto móvil!
– ¿Cómo funciona la aplicación?
Somos la única herramienta del mercado que detecta los ultraprocesados.
Solo hay que escanear con el móvil el código de barras del producto y podremos ver, por un lado, la información nutricional real del alimento basada en el ranking numérico Nova -desde el 1 (no procesados) hasta el 4 (productos ultraprocesados y no recomendables para un consumo habitual)- y el sistema científico de calificación internacional Nutriscore -con un semáforo de color que va de lo más saludable (verde) a lo menos (rojo)-; y por otro, su grado de procesamiento.
– Para los que somos profanos en la materia… ¿Qué son el sistema Nutriscore y el ranking Nova y por qué tenemos que fiarnos de ellos?
– El índice NOVA evalúa el nivel de procesamiento de cada producto desde el 1 (no procesado) como la verdura o fruta natural (incluso congelada), carne, huevos…; hasta el 4, que cuenta con más de cinco ingredientes en su composición entre los que suele haber innumerables aditivos y estar sometidos a procesos industriales como la hidrogenización, extrusión y otras técnicas poco saludables. Los niveles 2 y 3 serían aquéllos ‘ingredientes culinarios procesados’: sal, azúcar, mantequilla, miel…; y los productos que pueden contener de dos a tres ingredientes (algunas conservas conservas, quesos, cerveza…), respectivamente.
Por su parte, Nutriscore es un sistema de clasificación nutricional eficiente y claro para el consumidor avalado por la FSA ( Food Standars Agency –el departamento británico que se ocupa de la salud pública y la seguridad de los alimentos) y la OMS (Organización Mundial de la Salud), entre otros organismos internacionales. Básicamente es un semáforo que indica, en una escala de colores, la clasificación de un alimento en relación a sus nutrientes. Así, el color verde es el más saludable (letra A) y el rojo representa los menos (letra E). Así:
A – Excelente calidad nutricional
B – Buena calidad nutricional
C – Calidad nutricional aceptable
D – Mala calidad nutricional
E – Muy mala calidad nutricional
La aplicación ofrece información de los dos rankings precisamente porque consideramos que es complementaria. Un yogur de fruta, por ejemplo, puede puede tener B según Nutriscore, pero ser Nova 4. Aunque este producto, efectivamente, tiene una buena calidad nutricional, no dejaría de ser ultraprocesado y por tanto un alimento que debemos evitar consumir de forma regular.
– ¿Existe mucha confusión por parte de los usuarios sobre los alimentos que son saludables y los que no? ¿Por qué?
La información nutricional de un producto aparece siempre en su lista de ingredientes y en su tabla nutricional, el problema es que nadie o casi nadie sabe interpretarla, y generalmente nos vemos confundidos por nomenclaturas extrañas y porcentajes que nos cuesta interpretar (por ejemplo, podemos ver la cantidad de azúcar o de sal, pero no ser conscientes de si es mucha o poca para un producto).
Además, está el problema de los mensajes publicitarios: hoy está de moda comer sano, y las marcas se han lanzado a vendernos productos que nos atraigan con esa idea con nombres o eslóganes que sugieren esto mismo. Sin embargo encontramos muchos ejemplos de productos con más sal de la recomendada (¡o con menos carne de la que deberían!), yogures o zumos infantiles ‘sin azúcar añadido’ que sin embargo son ultraprocesados, etc.
Nuestro objetivo es poner transparencia donde hoy consideramos que hay opacidad.
– ¿Por qué tratan de engañarnos con la procedencia y composición de muchos productos?
Sencillamente para vender más, como comentábamos arriba. Más que engañarnos, la industria aprovecha el desconocimiento de los consumidores para encontrar vacíos legales que permitan hacer un marketing que confunde con falsas promesas. Están abusando de nuestra confianza, pero cada vez más reclamamos más transparencia.
En el CoCo no pretendemos decir qué alimentos debemos o no debemos comer, sencillamente queremos ofrecer la información para que cada uno elija libremente (y si hoy nos apetece una chocolatina o una hamburguesa, ¿por qué no?). No estamos en contra de ningún alimento sino de la falta de claridad y el ‘disfraz’ de muchos productos que nos venden como sanos cuando no lo son.
– ¿Cómo se están tomando los fabricantes y las marcas que se arroje luz sobre los alimentos y su calidad?
– De momento no hemos recibido ninguna llamada ni ningún comentario por su parte, y de hacerlo no admitiríamos ningún tipo de presión. Sí hemos recibido comentarios de marcas que quieren informarse de lo que hacemos o que nos han pedido añadir o completar información sobre sus productos.
Nuestro objetivo es ayudar a que todos nos alimentemos de forma más sana, y eso, muchas veces, puede ser incompatible con los objetivos de negocio de la industria.
– ¿Cuántos productos tiene actualmente la app en su catálogo?
– Actualmente contamos con una base de datos de unos 110.000 productos, que vamos incrementando cada día gracias a la colaboración de los usuarios y al análisis de nuestro equipo.
Disponemos de un sistema tecnológico que utiliza la inteligencia artificial y el machine learning para, precisamente, automatizar la lectura de las etiquetas y los códigos de barras, y traducirla a estos índices que utilizamos. Además, en nuestro equipo también contamos con nutricionistas que verifican que la información es adecuada y correcta.
– ¿Con cuántos usuarios contáis en este momento?
– Desde que comenzamos a operar a principios de este año, ya hemos superado las 120.000 descargas. Nuestros usuarios escanean cada día una media de 20.000 productos, ¡no paramos de crecer!
– ¿Cómo monetizáis la aplicación?
– De momento contamos con nuestra propia financiación inicial, con la que hemos realizado el desarrollo tecnológico y la puesta en marcha de la empresa. Más adelante esperamos incorporar opciones premium en la aplicación que sí serán de pago, aunque siempre tendremos el servicio gratuito para todo el que lo necesite.
Algo que sí hemos decidido es que no nos financiaremos con publicidad, por un tema de coherencia, pero sí intentaremos que aquellos usuarios que utilicen más la app participen pagando servicio o funcionalidades más avanzadas.
Nuestro objetivo como emprendedores es doble: primero conseguir el mayor impacto positivo en la sociedad, y después encontrar un punto de equilibrio económico a medio-largo plazo.
– ¿Qué podemos esperar de El Coco en el futuro?
– Esperamos que su uso se generalice y que se utilice en cada vez más actos de compra. El consumidor es cada vez más consciente de lo que come, y mucho más exigente con el mercado, así que con este tipo de herramientas conseguirá, como colectivo, que las marcas que hacen productos de mala calidad no puedan esconderse y desaparezcan o se reconviertan para no perder negocio (ya hemos visto lo que ha sucedido, por ejemplo, con el aceite de palma)
A la larga, esperamos que El CoCo sea un agente del cambio en este nuevo orden que nos ayudará a equilibrar nuestra alimentación a nivel global.
Alberto Payo
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