El boom de las apps de lectura rápida

Firma Invitada | 29 mayo, 2014 | 0 comentarios

@rtorija

*Artículo elaborado por Raquel Torija.
Periodista de formación, ha trabajado en prensa y televisión hasta dar un giro de 180 grados a su carrera profesional y dedicarse de lleno a la creación, gestión y distribución de contenidos corporativos en internet. Su especialidad: contar historias con valor. Actualmente dirige Creable Contenidos.

Crece el uso del móvil vinculado a la compra de productos y la contratación de servicios, y aumenta el interés por los contenidos adaptados. Las marcas quieren estar en nuestros bolsillos.

El móvil es, sin duda, el dispositivo de moda. De hecho, las compras online realizadas a través del teléfono se han duplicado en el último año, según el informe de IMRG y Capgemini sobre e-Retail mobile.

Cambian las formas de comprar y vender y varía, también, el modo de articular contenidos, ahora más que nunca generados para este nuevo formato, ávido de diseños más sencillos, más visuales y más prácticos, donde el contenido es, en sí mismo, una llamada a la acción.

Pero, ¿qué ocurre cuando el texto sí importa? Leer a través de una pantalla de móvil es incómodo, por muy grande que ésta sea, y perdemos tanto tiempo en descifrar el mensaje como en visualizarlo por completo. Para solventar estos contratiempos existen ya en el mercado aplicaciones como Spreeder o Spritz, basadas en el denominado RSVP (Rapid Serial Visual Presentation), un sistema de lectura rápida que ahora podemos integrar en nuestro móvil a través de apps específicas.

Spritz, por ejemplo, selecciona el texto que queremos leer y nos lo muestra a través de una sucesión muy rápida de palabras en una línea horizontal. Nosotros mismos podemos seleccionar la velocidad. Esto evita que tengamos que desplazar los ojos de izquierda a derecha y el texto de arriba abajo mediante scroll.

Además, Spritz incluye una marca, un Optimal Recognition Point, que nos ayuda a identificar una palabra sin necesidad de leerla de principio a fin.

Está claro que el ahorro de tiempo que proporcionan estas aplicaciones al lector es elevadísimo. Ahora, sólo nos queda comprobar si la comprensión de un texto crece con la misma intensidad que la rapidez de lectura del mismo.