¿Qué hay de lo mío?, el juego que te enseñará a ser corrupto
En España ya no se lleva ser funcionario, ni emprendedor, ni nini. Ahora lo que mola es ser corrupto. Muchos creen que la corruptela es algo innato que se lleva dentro y que es inherente al ser humano ibérico. No en vano, pese a nuestra tendencia a la picaresca esto es falso, y un buen corrupto se va forjando durante años con tesón, aplomo y muchos sobornos (y sobres) de por medio.
Así lo muestra el juego ¿Qué hay de lo mío?, desarrollado por la empresa Parsimonia Studio y publicado hace unos meses, pero muy de actualidad después de salir a la luz las tarjetas Black, de los pagos en negro que se siguen conociendo gracias a los papeles de Bárcenas y los nuevos imputados que semana tras semana están en el punto de mira de los jueces: Pujol, Acebes, Granados… y los que vengan.
Esta app te da 10 años para que te conviertas en un corrupto de los de verdad. Al comenzar la partida puedes escoger entre ocho personajes corrompibles. Puedes ser un empresario, un aristócrata, un juez, un banquero y, por supuesto, político.
En ¿Qué hay de lo mío? tendrás la oportunidad de aceptar o rechazar diferentes chanchullos provenientes de todo tipo de contactos, empezando en tu despacho y ampliando mundo poco a poco. El objetivo es que acumules el mayor capital posible (¡te has metido en esto para forrarte!), pero también que incrementes tus valores de Corrupteur, Influencia y Contactos. En la parte superior de la pantalla visualizarás todos los valores y cómo van cambiando con cada nuevo trato.
A mayor grado de Corrupteur, más y mejores chanchullos te ofrecerán. La influencia va a servirte para irte de rositas si te imputan. En cuanto a los contactos, a mayor número, más probabilidad de recibir propuestas deshonestas. Todos estos elementos en su conjunto influirán en tu indicador de riesgo. Aquí no hay una prima, pero sí un colorímetro que virará a rojo si estás chanchulleando demasiado. Por el camino, podrás obtener hasta 25 logros diferentes.
Deberás tener cuidado, porque una cifra abultada de damnificados, un grado de Corrupteur alto o un rosco en rojo, te situarán como objetivo número para los jueces. Claro que, como la justicia es ciega, a veces hará la vista gorda si le pones bajo el martillo unos cuantos fajos de 500. Sé cauteloso, porque un número alto de imputaciones te dará mala fama.
Hay siete finales posibles para el juego que dependerán de tu nivel de corrupción, el dinero que has acumulado y los posibles cadáveres que dejes en el armario. Siempre puedes abandonar el país o dimitir previamente.
¿Qué hay de lo mío? está disponible para iPhone y Android y cuenta, injustamente, con solo unos cientos de descargas. Descargarte el juego no te costará un euro, aunque siempre puedes realizar un donativo a sus creadores en forma de billetes a las Seycheles, jamón de jabugo u obra apócrifa de Picasso. Si tienes alguna duda, la app dispone de un completo tutorial.
Juanrrison Ford
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