Google Pixel 7 Pro: Lo tiene todo
El Google Pixel 7 Pro lo tiene absolutamente todo. Más allá de consideraciones estéticas, es un auténtico win win.
Ya sé que nada es perfecto y, de hecho, yo no lo he dicho. Por supuesto, el teléfono de Google tiene defectos aún siendo estos menos habituales que sus virtudes. Pero es que llevo con él más de un mes, yo, fan absoluto de Samsung, y no consigo que ninguna de sus pegas sea lo suficientemente acusada como para no pensar en por qué no debería tenerlo.
Es el mejor teléfono de Google hasta la fecha.
No, en serio, esa frase es una chorrada. ¿Te imaginas que una marca sacase la nueva generación de un teléfono y lo hiciese peor? Vale, puede que Samsung lo haya hecho.
Bueno, que de verdad, el Google Pixel 7 Pro es un TELEFONAZO. Así, con mayúsculas, y te lo voy a contar.
Te lo resumo así, no más
Es liviano, no es demasiado grande ni pequeño, su pantalla se ve muy bien, su batería es más que holgada, el sistema operativo es una delicia, sus cámaras son una obra maestra de la ingeniería de software y, por si fuera poco, tendrá una larga vida asegurada por las actualizaciones de Google.
Oye, ¿qué más se puede pedir? Pero bueno, para que no se diga que soy un vendido y que este artículo está pagado por la marca, voy a desglosar un poco más algunos de los conceptos de arriba. Y en los menos buenos.
El cacharro
Decía que era liviano, por sus 212 g. Cierto es que yo estoy acostumbrado a teléfonos más grandes y por tanto más pesados, quizás por eso su bajo peso me hace sentir algo inseguro cuando lo tienes en la mano y sin funda (que es como hay que llevar los teléfonos, manazas). Pero se agradece cuando te pegas largas jornadas de trabajo. Trabajando tu timeline.
Por otro lado, su tamaño es muy bueno. Marcado por sus 6,7 pulgadas en formato 19,5:9 podría resultar un poco más grande de lo deseado para los amantes de los teléfonos más pequeños, pero en la época en la que vivimos encontrarlos es complejo y no siempre con resultados satisfactorios más allá de la pantalla.
Lo peor de su construcción es su parte trasera. Una cosa vidriosa/plasticosa muy bonita de ver recién limpiada contra tu pantalón vaquero, pero altamente guarra una vez que lo has usado cinco minutos. Y encima tengo el modelo negro. Basta ya, marcas. Pongan otros materiales, se lo ruego. Si total, todo el mundo le pone fundas, por algo será.
El módulo de cámaras colocado al estilo Robocop al menos recorre todo lo ancho, así que sin funda no cojeará colocado sobre una mesa (ejem, ejem, Samsung). Es más, se queda levemente inclinado hacia ti, así que bien. Lo adornan una serie de cromados que ya os contaré, pero no me parece la mejor decisión.
Por lo demás, no hay mucha chicha: los botones están correctos, el puerto de carga donde esperas encontrarlo, sus altavoces también y su puerto de tarjetas también.
Las cámaras
«La tendencia sigue siendo ‘ponga usted más cámaras ahí’, no están viendo los límites. Tu móvil está destinado a ser la pesadilla de alguien que padece tripofobia.”
Eso es un extracto de la review del S22 Ultra, el tope de gama de Samsung. Queda meridianamente claro que Google no está por la labor de perforar su teléfono con mil cámaras. Y no lo necesita en absoluto. Porque poco voy a poder añadir yo a las más que sobradas pruebas de que Google hace magia con los mimbres que tiene por cámaras.
- Un gran angular de 50 MP con una apertura f/1.85
- Un ultra gran angular de 12 MP con apertura f/2.2
- Una lente con teleobjetivo de 5 aumentos ópticos y apertura f/3.5
Que mirado así, pues bueno, bien, son buenas cifras. Pero es que de verdad yo no sé qué hace Google para conseguir las fotos que consigue con lo que monta. Es una cosa digna de estudio. Perdonadme que sea tan así, tan poco “profesional” pero es que no se puede decir mucho más.
No vas a tener absolutamente ningún problema haciendo fotos en absolutamente ninguna condición ni momento. Si acaso podría decir que, como poseedor de un S22 Ultra, el zoom óptico y sus capacidades se me quedan cortos comparados. Pero vamos, eso es afinar mucho el tiro.
Ah, y sí. Se calienta grabando vídeos a alta resolución durante mucho tiempo. No tanto como en su lanzamiento, pero oye, coge temperatura. Nada nuevo ni raro.
Por otro lado, la cámara frontal es tres cuartos de lo mismo: un sensor de 10.8 MP y apertura f/2.2. Te vas a poder sacar buenos retratos aún sin ser el mejor del mercado haciendo recortes en modo retrato.
En cuanto a vídeo, Google no ha querido ir a las cifras absurdas del 8K tan innecesario como el 5G. Simplemente ajusta a 4K y 60 FPS de máxima y ahí ya tienes de sobra para grabar ese increíble vídeo de tu perrete el día que se quedó dormido y empezó a hacer movimientos raros.
Dame datos
El procesador del Google Pixel 7 Pro no es el mejor. Ni falta que le hace, porque montando su propio hardware con su software está todo perfecto. No va a ser el mejor renderizando vídeos o ejecutando tareas muy, muy pesadas pero ¿quién realmente necesita eso?
Por otro lado, cuenta con 12GB de RAM y almacenamiento UFS 3.1 de 128, 256 o 512 GB. Bien. Menos el de 128 que ya debería desaparecer del mercado.
La batería es un módulo de 5000 mAh que no sorprende ni defrauda: te hará el día siempre que no estés absolutamente viciado al móvil. Si es así, igual te aprietas una carga a media tarde y listo. Tiene carga rápida con sus cargadores propietarios e inalámbrica, así como la opción de compartir tu batería con otro que pueda recibirlo sin cables.
La pantalla de 6,7 pulgadas que ya he mencionado no es la mejor, pero tampoco te defraudará. Es un panel OLED con resolución QHD+ con 512 ppp. Incorpora 120 Hz de refresco, es HDR y tiene un máximo de 1500 nits de brillo. Sobrao.
Android, puro, bestial
No es un mito. No es una de esas cosas que te venden y venden y vuelven a vender sólo porque un día les fue bien. No. Es que Android (13) en su forma nativa y en el teléfono de Google funciona de otra forma. Es inexplicable. He tenido que dejar el teléfono a algunas personas para que lo probaran para que me entendieran.
Todo es limpio, colocado, elegante. Todo es fluido, muy fluido (ayuda la tasa de refresco, claro) y nada parece que vaya a fallar en ningún momento. Obviamente algún traspiés tiene, pero nada reseñable. Alguna aplicación sí que me ha llegado a resultar que no iba del todo fina.
Eso sí, te quiero recordar una cosa: es un teléfono de Google. Google. ¿Por qué lo repito? Porque no serás ajeno al perturbador gusto que tiene la empresa estadounidense por hacerse con la mayor cantidad de datos posible. Lo deja ver en cuanto buceas un poco en sus ajustes. Es abrumador. Y obviamente otros teléfonos lo hacen también, pero este sin duda me ha sorprendido por lo descarado que es y el afán de pintarlo con purpurina. Datos los justos, Google.
Conclusiones
Como otras tantas cosas del móvil, sólo puedo sacarle defectos basándome en mi gusto personal. Otras son fallos reales que detallo:
- Le pediría un zoom más arriesgado (10x)
- Algunas animaciones me resultan cargantes por la fantasía que tienen
- La multitarea me resulta menos cómoda que la de OneUI
- La configuración y presentación del menú también me resulta peor depurada que la de Samsung.
- Tiene un sensor de huellas regulinchi.
- La parte superior de la pantalla principal está secuestrada por una cosa extraña llamada “De un vistazo”. Quita eso, Google. Es terrible.
- El gusto perturbador por tener tus datos.
- El volumen de los altavoces está bien pero satura. Parece que molan pero lo cierto es que no.
Y podría seguir con algunos detalles, pero no van a conseguir que me aleje de la idea de que, si alguien me pide consejo a la hora de comprar un móvil y no tiene problema por gastarse 1.000 euros (precio oficial de su tienda), le vaya a recomendar sin lugar a dudas este Google Pixel 7 Pro. Es más. Ya lo he hecho. A mi primo, y se lo ha comprado. Y es feliz.
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Fernando Nieto
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