Dribo dispara los precios de sus clases prácticas
Dribo, la startup que permite sacarse el carnet teórico y práctico de conducir a través de una aplicación móvil, ha aprovechado los últimos días de febrero para elevar considerablemente los precios de sus clases prácticas, aunque ha tratado de maquillarlo mediante una campaña de marketing.
Con la excusa de que febrero tenía 29 días Dribo lanzó una supuesta promoción para sacarse el carnet ‘por 29 euros’. En realidad, no se trataba de ninguna oferta, sino todo lo contrario, porque suponía un encarecimiento de los precios que habitualmente venían pagando sus usuarios.
Hasta la fecha la app solo ofrecía tres modalidades de precios para sus maniobras: 15, 20 y 25 euros que oscilaban en función de los horarios y la afluencia. La mayoría de las clases tenían las tarifas más económicas y solo algunas, muy pocas, correspondían con 25 euros.
Desde hace algo más de una semana esta estrategia de precios ha variado para perjuicio de los usuarios. Las clases de 15 euros prácticamente han desaparecido y solo hay una cada día. Las de 20 ya no existen. Ahora hay de 21, 23, 25, 27 y 29 euros. Prácticamente el 90% oscilan entre los 27 y los 29 euros, costes por clase que están por encima de los de muchas autoescuelas tradicionales. En su web Dribo asegura que con ellos puedes «ahorrar hasta un 50% en comparación con la media de otras autoescuelas».
Adiós a los 20 euros de media por clase
Dribo no ha modificado algunas secciones de su app y web en las que afirmaban que las clases podrían salirte a 20 euros de media y la startup se jactaba de ser un servicio muy económico. “En Dribo hemos digitalizado todo lo que se podía digitalizar en el proceso de obtención del carnet de conducir. Esto nos permite ser mucho más eficientes en costes y por lo tanto más competitivos que una autoescuela tradicional”, continúan aseverando.
Además, en el texto aseguran que “este beneficio lo ofrecemos a los alumnos y alumnas para que puedan tener una opción más flexible, cómoda y económica de obtener el permiso de conducir”.
Desde Applicantes nos hemos puesto en contacto con el servicio de atención al cliente de Dribo para obtener una explicación acerca de este notable incremento de precios, pero no hemos recibido ningún tipo de justificación al respecto. Simplemente se han limitado a comentarnos que “el coste de las prácticas está por debajo de los 30 euros. Puedes reservar prácticas desde 15 euros hasta 29”.
También nos indican que “con esta actualización hemos incluido importantes mejoras en nuestros packs, ahora nuestros alumnos tienen más opciones». Así, nos informan de que un paquete de 3 prácticas sale a 79 euros (26,3 euros cada práctica), uno de 8 sale a 199 euros (24,8 cada práctica), 10 prácticas están a 239 euros (23,9 euros cada práctica) y 18 prácticas se pueden encontrar a 399 euros (22,2 euros por práctica). Como podemos ver, incluso adquiriendo un bono en todos los casos el precio es superior a los 20 euros de media que usaba Dribo para promocionar su producto y para compararse con las autoescuelas.
El examen práctico, de 0 a 39
Otro incremento notable que ha realizado Dribo y que a algunos usuarios no les habrá pasado por alto es el coste del examen práctico. Anteriormente era de 0 euros, pero ahora se ha elevado a 39 euros. En su comparativa con sus rivales, la startup se jactaba de que no cobraba nada, mientras señalaba que las autoescuelas tradicionales sí que repercutían 55 euros al cliente. Ahora ese argumento ha variado al alza también para la competencia. “A diferencia de otras autoescuelas que incluso pueden superar los 100 euros para realizar el examen práctico nosotros mantenemos este coste en menos de 40 euros”, afirman.
Por otro lado, la compañía promete que está trabajando para mejorar su servicio en Madrid capital y ofrecer “más horas” de clases para sus alumnos. En el centro de la ciudad la startup solo trabaja con un único profesor y un único coche, que está en funcionamiento desde las 9 de la mañana hasta las 7 de la tarde y sale desde la Plaza de Conde de Casal.
La realidad es que las clases prácticas solo se pueden coger el domingo por la tarde a una determinada hora y al haber aumentado el número de usuarios y existir una saturación en la demanda es muy fácil quedarse sin ellas (o bien acabar pagando 29 euros por maniobra).
Personalmente opino que cuando una startup se intenta diferenciar por precio como una manera de disrumpir en un sector tradicional y poco digitalizado -como el de las autoescuelas- es un tremendo error que tire por tierra ese posicionamiento sin ofrecer ningún valor a cambio. Este cambio, que atenta contra su mayor ventaja diferencial respecto a otros rivales, puede ser el motivo que le haga perder muchos usuarios sensibles al precio que había captado con tanto esfuerzo.
Alberto Payo
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