My Drama y compañía: cómo Europa se suma a la fiebre de las series verticales
My Drama, una app nacida en Ucrania de la mano de la compañía Holywater, se ha convertido en uno de los referentes del fenómeno de los microdramas en el Viejo Continente. Su propuesta es similar a la de otras apps de este estilo de las que ya hemos hablado en Applicantes: episodios brevísimos, de entre dos y tres minutos, grabados en vertical y diseñados para ser consumidos en cualquier momento del día, desde un trayecto en metro hasta la pausa del café.
El crecimiento de MyDrama ha sido meteórico. La plataforma se apoya en el catálogo de My Passion, una app hermana dedicada a novelas románticas y juveniles que ya contaba con un amplio público lector. A partir de esas historias, MyDrama selecciona aquellas que tienen más potencial y las transforma en pequeñas series para el móvil.
«Nuestro viaje de la página a la pantalla comienza con una colaboración única con autores de libros. Cuando encontramos un libro prometedor, contactamos a su autor con una oferta: una participación en las ganancias de la serie. No se trata solo de un acuerdo de licencia, sino de un esfuerzo colaborativo. El libro se somete a revisiones importantes para adaptarse a nuestro formato. Trabajamos estrechamente con el autor para preservar la esencia de su historia, adaptándola a un formato corto y de lectura vertical», explicaba Bogdan Nesvit, co-fundador y co-CEO de Holywater.
El proceso de producción es rápido y eficiente gracias al uso de herramientas de inteligencia artificial que permiten abaratar costes: el presupuesto medio por serie ronda los 20.000 dólares, muy por debajo de lo que supone un rodaje tradicional. La IA también interviene en la localización, el doblaje y la edición, lo que facilita que los contenidos puedan llegar a audiencias internacionales en tiempo récord.
«Todo el proceso dura aproximadamente dos meses. Nuestro objetivo es reducirlo a un mes utilizando IA. Ya la usamos en la creación de guiones y la localización (traducción y doblaje), pero nuestra próxima gran oportunidad es optimizar la posproducción con herramientas de IA», reconocía Nesvit.
La primera ‘tapa’ no se paga
La estrategia de monetización se adapta igualmente al formato. Los primeros episodios suelen estar disponibles de forma gratuita, enganchando al espectador con cliffhangers muy bien medidos y a partir de ahí se desbloquean nuevos capítulos mediante compras dentro de la app. Este modelo freemium está demostrando ser especialmente eficaz con un público acostumbrado al consumo exprés de contenidos.
El reconocimiento no ha tardado en llegar. En mayo My Drama recibió un Webby Award al mejor servicio de streaming del año, un espaldarazo que confirma que no estamos ante una moda pasajera. Y no es la única propuesta en este terreno: en Alemania, por ejemplo, Black Forest Studios ha lanzado MicroVerse, otra plataforma dedicada íntegramente a microdramas verticales, con títulos como Black Forest Royal o Wine, Love and Deception.
Europa está, por tanto, sumándose con fuerza a un movimiento que tuvo sus orígenes en China, donde los llamados duanju (micro-series verticales) se popularizaron desde hace una década y ya congregan a más de mil millones de espectadores.
Que My Drama esté liderando la expansión europea de este formato no es casualidad. Su capacidad para reciclar historias con una base de fans, producir rápido y barato y adaptarse a los hábitos de consumo móviles la convierten en un actor estratégico en la nueva era del streaming.
La app se puede descargar gratis desde Google Play y la App Store. En el almacén oficial de Android ya ha superado el millón de instalaciones.
Juanrrison Ford
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