25 años de la burbuja puntocom: todo lo que aprendimos para construir un ecosistema digital más sólido
Somos muchos los que recordamos como si fuera ayer cómo en marzo del año 2000 la burbuja puntocom explotó con fuerza. Una generación entera de empresas tecnológicas (muchas sin ingresos, sin clientes reales y con valoraciones infladas) vio cómo el mercado frenaba en seco. De hecho, según Investing.com el Nasdaq cayó un 78% de su valor entre 2000 y 2002, lo que supuso todo un punto de inflexión: no bastaba con tener visibilidad, necesitabas tener un modelo de negocio que funcionara.
Hoy, 25 años después, el ecosistema digital es otro. La tecnología ha evolucionado, y el aprendizaje colectivo nos permite actuar con más criterio. Pero aún hay ecos del pasado que conviene revisar, y la pregunta sigue en el aire: ¿estamos construyendo con foco, o solo con entusiasmo?
Con el paso de los años, y analizando al detalle todo lo que ocurrió, si podemos sacar algo en claro es que la burbuja puntocom no estalló por la tecnología, sino a causa de la desconexión entre expectativas y realidad.
Lo cierto es que hoy en día, además de haber aprendido muchas lecciones de esa situación que se generó a principios de siglo, contamos con más herramientas, más datos y experiencia para construir propuestas viables y, sobre todo, con la capacidad de medir en tiempo real qué funciona y qué no. Eso nos permite corregir, aprender y optimizar para evitar que la historia se repita. En la actualidad el reto ya no reside en lanzar una web, sino en construir una estrategia digital que genere valor desde el primer clic.
Una nueva generación de decisiones
Y es que lo que ayer fueron páginas sin monetización hoy son plataformas mejor diseñadas, campañas testadas, funnels automatizados y modelos iterativos. Pero no todo ha cambiado. De hecho, si echamos un vistazo a los datos revelados por CB Insights vemos que el 70 % de las startups aún fracasa por no tener modelo de negocio claro.
Por su parte, CIO.com destaca que aún a día de hoy, en plena digitalización, son muchas las empresas que implementan IA sin medir su impacto real en productividad. ¿Acaso tiene esto algún sentido?, ¿no aprendemos de los errores? No debemos olvidar que el dato no condena, sino que señala la oportunidad de entender antes de escalar, ¿por qué entonces aún hay compañías que miran hacia otro lado?
A todo esto, se suma la gran importancia de la transición hacia mobile, que no ha sido solo una cuestión técnica, ya que ha reconfigurado la forma en la que competimos, captamos y convertimos. En la actualidad todo se decide en segundos, en pantallas pequeñas, en múltiples contextos… Por ello la experiencia debe ser útil, clara y medible.
Por eso mismo, siempre insisto y trato de tener en mente la siguiente frase antes de comenzar cualquier proyecto: “Medir no es sólo corregir. Es entender. Y hoy, eso nos da una ventaja competitiva real”
IA: ¿nueva revolución o un viejo error con otro nombre?
Por último, no podemos dejar de lado la ola que todos estamos surfeando en la actualidad. Esa a la que, o aprendes a subirte o estás condenado a quedarte atrás. Las nuevas formas de marketing vienen marcadas por las nuevas tecnologías y, por supuesto, por esta ola tan enorme de la que os hablo: la Inteligencia Artificial.
Si bien es cierto que no se trata de una burbuja, puede inflarse si la tratamos como una simple tendencia y no como herramienta estratégica. Por ello, con foco, propósito y medición, la IA puede ser uno de los mayores aceleradores de negocio de esta década. Modelos pequeños y adaptados permiten una integración funcional y eficiente, sin caer en el exceso. No se trata de implementar IA, sino de integrar con propósito y medir su impacto real.
La tecnología no reemplaza al criterio, lo potencia. Por eso, estrategia, creatividad y tecnología deben unirse bajo un mismo marco: decidir en base a datos, no en intuiciones. Hoy tenemos los medios para construir modelos digitales más sólidos, rentables y sostenibles.
25 años después de esta burbuja, la mejor forma de honrar lo aprendido no es mirar atrás… es hacerlo mejor. Por ello, debes preguntarte: ¿estás midiendo lo que realmente importa?
Artículo escrito por María Rebollo, Director de Estudio en GAIN Agency (t2ó ONE). GAIN, Agencia de Ventas Digital del grupo t2ó ONE, ofrece soluciones de vanguardia a sus clientes a través de la tecnología, el performance y la creatividad. Con más de 10 años en el mercado, se centra en la captación, con un claro foco en garantizar y aumentar los resultados y en el compromiso con el servicio a sus clientes.