El final del monopolio de las tiendas de aplicaciones móviles
15 y 12 años respectivamente, desde la presentación de la App Store en iOS 2 y la aparición de Google Play (anteriormente Android Market) ha durado el monopolio más lucrativo y exitoso de la historia de la humanidad.
Una anomalía defendida aún hoy por los gigantes tecnológicos que no se ha dado en 60 años de historia de la informática. Y que defiende que no tienes derecho a decidir qué instalar ni en qué condiciones aplicaciones en una máquina de propósito general de tu propiedad como son nuestros móviles.
Y es que comisionar el 30% de todo lo que ocurre en nuestros dispositivos ha sido un incentivo tremendo, lo cierto es que no podemos culparles a ellos. No ha sido hasta que las consecuencias de encerrar a usuarios y desarrolladores en sus plataformas se ha hecho evidente, que hemos reaccionado.
Claro, estas consecuencias son proporcionales a lo jugoso de este negocio. Durante una década, el principal cometido de estas grandes empresas ha sido levantar muros alrededor de su jardín. Han detenido la innovación, han convertido a los usuarios cada vez más en meros consumidores incentivando modelos de negocio agresivos basados en maximizar suscripciones y su dependencia. Nos prometieron ordenadores en nuestros bolsillos y nos han dado televisiones en los que consumir, y además, con un sólo canal.
Esta dinámica perversa ha ido acompañada de una de las mejores campañas de marketing que jamás hemos visto, en la que nos han convencido de que lo mejor para nosotros es que una única compañía debe decidir por nosotros, que ofrecer otras opciones perjudicaría al resto que quiere seguir bajo el control estricto de Google o Apple. Así sus usuarios somos en realidad los máximos defensores de esta visión cerrada y limitada de la tecnología. Habíamos perdido la batalla.
Pero Google sí permite la instalación de apps fuera de su tienda
Bien, el propósito de Google es exactamente el mismo que el de Apple, pero con una estrategia distinta. No permitir la adopción efectiva de cualquier tienda que no sea Google Play.
Podríamos decir que esta idea es incluso más dañina y peligrosa. Mientras que Apple te dice de frente que no utilizarás otro navegador más que el suyo (todos son un wrapper de su webkit) ni podrás ejecutar siquiera un archivo, Google utiliza los recursos y permisos del sistema operativo (antes abierto y ahora vaciado para servir a este propósito) como un arma para impedir que otras tiendas puedan hacer su trabajo.
Terceras tiendas no podrán actualizar tus aplicaciones de forma correcta, estas fuentes serán marcadas como peligrosas sin ningún criterio, mensajes y alertas injustificadas para aumentar la fricción durante el proceso de descarga o instalación, preinstalación de su tienda, autopromoción y uso por defecto de sus servicios, dependencias de su sistema operativo, ataques a formatos abiertos como APK y estándares que desincentiva a través de sus herramientas de desarrollo, métodos de distribución (bundles, dynamic delivery) que impiden el archivado correcto de aplicaciones a cambio de nada… y un sinfín de limitaciones ocultas para que la competencia efectiva sea imposible.
Por no hablar de que la presencia de la competencia en cualquier área que controlan las grandes tecnológicas está en riesgo. No hay problema por que Google Play esté en Uptodown, pero Uptodown nunca podrá estar en Google Play según sus reglas.
Luchar solos contra esto se hace cada vez más difícil, más aún cuando la percepción de los usuarios es que están jugando limpio. Bien jugado Google.
Si son sus plataformas ¿por qué no deberían decidir qué puedo o no instalar?
Es obvio que un móvil no es una tostadora que impide que cambies su firmware o una consola para jugar. La responsabilidad y los argumentos cuando los dispositivos móviles son la principal fuente de información que tenemos, allí donde están nuestras relaciones, nuestro trabajo e incluso nuestra identidad deben ser distintos.
Que la cadena de valor de acceso a internet no sea neutral afecta a la propia neutralidad de la red. Y esto es motivo suficiente para que nuestro nivel de exigencia con estas compañías sea mayor. No nos vale que este es su producto y se lo cargan como quieren.
La interoperabilidad entre tiendas y aplicaciones en ningún caso perjudica a los usuarios ni desarrolladores y cuaqluier otra excusa falaz basada en nuestra seguridad y privacidad está ampliamente superada. Expertos en seguridad e incluso representantes de distintas instituciones llevan tiempo alertando de que los argumentos esgrimidos por grandes tecnológicas para bloquear tiendas de aplicaciones de terceros son falsos y van dirigidos exclusivamente a limitar la competencia.
La competencia es la única herramienta eficaz para el control y abuso de estas plataformas.
Qué ha cambiado para que Google y Apple renuncien a su trozo exclusivo de pastel
La avaricia de este modelo ha terminado por ser el detonante de su fin. Aunque los pequeños desarrolladores han estado siempre secuestrados, imponiéndoles qué servicios utilizar, qué métodos de pago, con qué comisiones o en qué forma distribuirían sus aplicaciones (nisiquiera sus propias webs eran ya seguras para Google o Apple) sin ninguna alternativa. Recientemente esto empezó a ser un problema también para los grandes.
Algunos gigantes como Epic o Spotify alzaron la voz por las limitaciones artificiales de estas tiendas oficiales. Al miso tiempo, movimientos como el de la Neutralidad de Dispositivos (Device Neutrality) establecieron un marco por el que los usuarios tienen el derecho a la no discriminación de los servicios y aplicaciones que usan debido al control que ejercen los fabricantes de dispositivos de sus plataformas.
Este tipo de movimientos hizo que Apple y Google reaccionasen tímidamente, tocando sus comisiones, dando una falsa apariencia de apertura. Pero sin cambios reales en un sector que ha estado 15 años bajo el control estricto del duopólio.
Es este año cuando Europa, bajo la amenaza de perder su autonomía en el ecosistema móvil, decide poner en marcha lo que se ha llamado la Ley de Mercados Digitales.
En qué consiste y cómo nos afecta a todos el Digital Markets Act o DMA
Esta es una ley muy extensa dirigida a mitigar el abuso continuado de grandes tecnológicas o gatekeepers en Europa, y establece una serie de obligaciones para hacer efectiva la libre competencia.
En el caso concreto de las tiendas de aplicaciones la regulación de la Ley de Mercados Digitales ya aprobada por el Parlamento Europeo garantizará que todos los dispositivos móviles vendidos en Europa dispongan de mecanismos que permitan elegir el proveedor de servicios de aplicaciones por defecto, garantizando las mismas condiciones que los que controlan estas plataformas. Por lo tanto, el Digital Markets Act supone el nuevo derecho a elegir la fuente de tus apps.
Y habla específicamente de todos los involucrados:
Gatekeepers (Google y Apple)
Deben garantizar condiciones justas y no discriminatorias para otras tiendas de aplicaciones en sus sistemas operativos (Android, iOS), haciendo que sus plataformas sean compatibles con ellas.
Usuarios Finales
Podrán elegir libremente una tienda de aplicaciones alternativa y solicitar llevar sus datos personales a otras plataformas.
Desarrolladores
Podrán ofrecer sus productos en otras tiendas de aplicaciones sin verse limitados por los gatekeepers.
La ley abre por primera vez una tercera vía para conectar desarrolladores y usuarios de forma justa y transparente. Todas estas obligaciones deberán ser efectivas a lo largo de este año 2023 y supondrán un cambio en la forma en la que consumimos y creamos aplicaciones. Recuperaremos la idea de la “Innovación sin pedir permiso”, principio por el que cualquiera debería poder innovar en internet sin el premio de nadie, ninguna entidad, compañía o cualquier otro guardian de acceso la información.
En definitiva, la regulación del monopolio de los “guardianes” de la información y el fin del control de las tiendas de aplicaciones devolverá el control sobre los dispositivos a los usuarios; permitirá escapar a los desarrolladores de los abusos de Google y Apple y recuperará la posición de Europa en un sector estratégico.
Artículo escrito por Luis Hernández Garrido, CEO de Uptodown. Uptodown es la primera tienda de aplicaciones móviles independiente 100% europea, con 132 millones de usuarios activos mensuales y 450 millones de descargas al mes.
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