Hellblade 2, mejora lo presente
Siete años han pasado para que Ninja Theory nos muestre la secuela de nuestra nórdica favorita, Senua y la pregunta es: ¿Ha merecido la pena? Te comento.
Para despejar dudas, este juego es la continuación directa del primero, con exactamente las mismas mecánicas, duración y gameplay, por lo que si estás esperando un cambio de paradigma exagerado, siento decepcionarte, pero no va a ser así.
Por otra parte, se siente un juego next gen, con gráficos rozando el fotorrealismo, con unas animaciones y unas coreografías dignas de una película de John Wick, donde cada combate con espada nos hará sentirnos un guerrero al borde de la muerte, con ejecuciones únicas y variedad de enemigos, mejorando lo que había en el 1.
En cuanto al combate, la mecánica de Hellblade 2 es la misma, con los mismos controles y el mismo sistema: Dos ataques, uno ligero, otro fuerte, bloqueo, esquiva y el espejo mágico que hará ralentizar el tiempo.
Eso sí, como hemos dicho antes, contamos con una variedad de enemigos más diversa que en el anterior, con destinos, ataques, combos y patrones, unidos estos, en algunas ocasiones, a batallas épicas coreografiadas, con npcs de fondo luchando por su vida, que eliminan esa sensación de soledad y de aislamiento propia de la primera entrega.
Los malos
Por otra parte, los jefes finales de cada episodio sí han cambiado. Y en mi opinión, para bien. En la primera entrega todos eran una esponja de espadazos, donde la única mecánica era esquivar los ataques y coserlos a tajos en el momento justo y repetir.
Ahora esa mecánica ha desaparecido, en cambio, han metido un pequeño plataformeo donde esquivar o cubrirte en sitios concretos a ritmo de la música, que lo hace más ameno e increíblemente épico a su vez. De hecho, he tenido que jugar estas partes varias veces para, uno, grabarlo directamente a Youtube y dos, volver a disfrutar de la experiencia.
Los gráficos
Toda esta epicidad va unida a unos gráficos fotorrealistas donde da la sensación (en un juego lineal) de estar ante un vasto mundo abierto explorable, con npcs que te acompañan, variedad de biomas, escenarios llenos de vida, de partículas, que hacen que abandonemos ese mundo semi muerto del primero, donde la sensación de aislamiento desaparece y en muchos casos, donde la pequeña exploración (para logros más que para otras cosas) se hace incluso amena.
Cierto es que Hellblade 2 tiene partes con caminatas donde se siente artificial, que han puesto para, de alguna forma, alargar algo el juego, ya que consta de 7 horas de duración como mucho.
Por otro lado los puzzles no acompañan, siendo muchísimo más fáciles que en la primera entrega y con la misma mecánica (buscar las runas y alterar algún elemento de la realidad para abrir pasajes), por lo que, en esta parte, carece de dificultad y desafío.
Los lags
Finalmente, en mi caso al menos, he experimentado ciertos problemas de rendimiento, sobre todo al principio, problemas que ya arrastraba la primera entrega. Vale que es un juego next gen, y requiere máquina, pero también es cierto que con una 3060ti debería ir como un tiro.
Aún así, más que un juego Hellblade 2 es una experiencia recomendable, ya que los detalles se han mimado mucho y prácticamente supone vivir una historia vikinga, con unos toques de misticismo y alteración de la realidad que te dejará la duda de si lo vivido ha sido real o todo es una mezcla de leyenda e histeria colectiva.
Y es lo bonito de Senua, el ponernos en su mente y no discernir de lo que es real y lo que no, siendo un viaje apoteósico lleno de magia, dudas, preguntas y sobre todo, leyenda.
El juego está disponible en Xbox series y en Gamepass.
Pedro Aranda
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